Concluimos con el análisis de las 13 claves de la victoria de Obama, según las expone la destacada filósofa argentina doctora Isabel Rauber:
Obama estimuló la fantasía presente o dormida, y apeló a los sueños y la imaginación como vía para enfrentar el realismo aplastante y mediocre del mercado y el guerrerismo que invocaba McCain, en su decadente convocatoria a profundizar el neoliberalismo. Frente a la chatura y mezquindad de Joe el fontanero, su discurso sencillo (pero no simple) apeló a la solidaridad y a la paz, e invocó a lo mejor de los hombres y las mujeres.
No se presentó como el cambio, sino como la oportunidad para hacerlo. Con lo cual convocó a millones a acompañarlo, para protagonizar entre todos la desafiante aventura de recrear a los Estados Unidos y el mundo.
Lo anterior podría significar también el recrear las relaciones entre Norteamérica y Latinoamérica. Y con ello despertó esperanzas más allá de sus fronteras. Entreabre una delgada puerta hacia la posibilidad de poner fin al bloqueo a Cuba y la de cesar el injerencismo en nuestra región.
No habló para McCain ni para Hillary. No habló para un sector social en particular. No llamó a votar a favor de algunos ni contra los otros (los republicanos), sino invocando el nosotros. Y con un lenguaje claro y directo se dirigió siempre a los millones de estadounidenses a quienes buscaba convocar.
Según la doctora Rauber, la gigantesca victoria de Obama evidencia que los pueblos, en este caso el de Estados Unidos, están por la vida y la paz, y tienen memoria de su valores.