Si bien en la actualidad se reconoce la gran importancia y los beneficios proporcionados por las ciencias aplicadas al deporte, la introducción a la par de sustancias ilegales por medio del dopaje para aumentar artificialmente el rendimiento atlético, ha devenido en grave vulneración de los principios éticos con resultados muy nocivos para la salud.

El hecho de contar con herramientas científicas en la preparación y entrenamiento de los atletas, ha posibilitado la imposición de numerosos récords y marcas que hasta hace algunos años se creían casi imposibles de superar. Ha quedado demostrado que las artimañas han jugado un rol determinante en estas grandiosas hazañas, muchas de las cuales no se han logrado mediante el uso de los recursos humanos naturales.

La medicina deportiva, la especialidad madre entre las ciencias aplicadas, se dedica al estudio de los efectos del ejercicio deportivo, y de la actividad física en el organismo humano desde la prevención y el tratamiento de las enfermedades y lesiones.

La Psicología del Deporte ha sido una de las áreas de especialización que más ha contribuido con el desarrollo de la popular manifestación humana. La misma se dedica al estudio científico de los factores psicológicos que están relacionados con el rendimiento, el ejercicio y la práctica del deporte como diversión.

La Biomecánica de los ejercicios físicos, está considerada como una disciplina que aplica las leyes de la física al estudio del movimiento humano. Su metodología en la captación de imágenes digitales permite valorar si la ejecución del movimiento se realiza sin fallas técnicas ni patrones de movimientos lesivos. Para ello, se requiere grabar al deportista realizando el gesto con marcadores adheridos al cuerpo. Cada modalidad deportiva requiere del estudio de los biomecánicos para evitar lesiones que pueden incapacitar al deportista.

Por cuestión de espacio no podremos seguir divulgando valiosos aportes de otras ciencias aplicadas como: la nutrición, las estadísticas, la biología, la física, la sociología, las matemáticas y la antropología.

Hoy día pocos desconocen que la titánica lucha por la supremacía deportiva que durante décadas libraron los Bloques Oeste y Este, contribuyó al gran desarrollo deportivo, pero también se reconoce que dejó una herencia negativa por los métodos subrepticios empleados para convertir a los atletas en seres parecidos a máquinas humanas.

El bloque Oeste estaba integrado por las potencias occidentales capitalistas lideradas por los Estados Unidos, y el bloque Este, compuesto por las potencias orientales comunistas, encabezadas por la antigua URSS.

En la actualidad los organismos internacionales que promueven políticas contra estos males, siendo el principal, la Agencia Mundial Antidopaje, están contestes en que el desarrollo de las prácticas del dopaje está relacionado con el uso fraudulento a través de algunas disciplinas aplicadas al deporte.

El dopaje consiste ahora en métodos sistemáticos, organizados y practicados dentro de los equipos, que se valen de los adelantos de la medicina y de la farmacología con propósito contrario a la ética.

Son escandalosas las estadísticas sobre los porcentajes de figuras profesionales y olímpicas que han sido erradicadas y castigadas por valerse de fraudes para la cristalización de proezas deportivas. Uno de los casos más recientes corresponde al ciclista Lance Armstrong, único en haber ganado siete veces el Tour de Francia, que fue expulsado de por vida y sus marcas borradas, por utilizar sustancias dopantes.

La opinión generalizada es que la causa principal de la proliferación del dopaje, se debe al exceso de comercialización que está padeciendo el deporte, donde se destaca la explosión de los derechos de televisión sumado a los grandes contratos de patrocinio, lo que ha provocado un aumento de la presión sobre el atleta y su entorno, creando un atractivo caldo de cultivo para el uso de sustancias prohibidas.

Los esfuerzos por superar este escollo continúan, pero los menos optimistas han llegado a la conclusión de que a esta lucha le llegó su Waterloo.