Más sobre políticos y partidos

Más sobre políticos y partidos

FRANKLIN BÁEZ BRUGAL
Acepta el profesor Rubiales que hay políticos que ejercen su actividad realmente movidos por la idea de servir y tratar de mejorar la vida de sus conciudadanos, pero que la mayoría son conscientes acaparadores de privilegios y ventajas.

Pero para el autor, dos de los grandes problemas que enfrenta la sociedad hoy en día son el exceso de poder que acumulan los partidos, dándole a los políticos que los manejan casi una total impunidad, haciendo prácticamente imposible que paguen por sus errores. Según Rubiales, la experiencia señala que es mucho más fácil ver a un empresario entre rejas que a un político pagar sus culpas. Y segundo, la corrupción «por su especial capacidad destructora, la cual se manifiesta cuando ésta se hace popular y contamina a los ciudadanos en sus vidas diarias, impulsando el envilecimiento individual y colectivo y haciendo la cura casi imposible».

Razones de espacio nos obligan a limitar el análisis de la obra de Francisco Rubiales. Sin embargo, si aplicáramos sus criterios al quehacer político en nuestro país, tendríamos que aceptar que si no nos ha hecho un retrato de cuerpo entero, de seguro es una buena foto.

En la República Dominicana nos damos el lujo de tener funcionarios y legisladores con salarios muy superiores a los recibidos por sus homólogos de países mucho más ricos y poderosos que nosotros. Hemos tenido la experiencia de observar cómo se modifican leyes para complacer las aspiraciones del gobernante de turno, pese a la abrumadora oposición de la ciudadanía. Presenciamos indefensos cómo se afecta el presupuesto de educación para favorecer proyectos de cuestionable prioridad. Vemos cómo se acomodan leyes para resolverle problemas a algún favorito de turno. Sufrimos la selección de candidatos, a los que no los adorna nada más que su poder económico o su vinculación a las elites políticas.

Dice el autor que la solución a esta difícil situación no se resuelve instaurando un sistema político mejor, sino logrando que la gente sea mejor y entienda la enorme influencia que puede tener la sociedad con una acción mancomunada y organizada de los ciudadanos, vigilando y exigiendo a los administradores del Estado que actúen correctamente. Sólo así cree Rubiales, podrá lograrse un nuevo sistema que higienice la política, y propicie una verdadera democracia.

En nuestro país necesitamos líderes que organicen a los ciudadanos, y logren que sus reclamos sean escuchados, haciéndole ver a los políticos que el Estado está supeditado a la sociedad, y no la sociedad al Estado.

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