¿Más todavía? – Qué se dice

¿Más todavía? – Qué se dice

Independientemente de que el presidente Mejía contrate o no al ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani para que nos resuelva el problema de la seguridad ciudadana, hay que decir que si algo prueba el auge incontenible de la delincuencia es que los intercambios de disparos, el método favorito de la Policía Nacional para combatirla, no son el remedio adecuado para una enfermedad que precisa de un tratamiento de más amplio espectro, como suelen decir los médicos. Por eso hay que tomar como simple retórica del presidente Mejía, destinada a enfatizar su voluntad de enfrentar con determinación ese problema, la afirmación de que recurrirá a la «mano dura» si fuere necesario, pues esa mano dura se viene aplicando desde hace tiempo, como lo prueba la gran cantidad de muertes producto de intercambios de disparos en lo que va de año, o la existencia de «cirujanos» policiales especialistas en sacar de circulación a los delincuentes mediante el extremo recurso de coserle las piernas a balazos, un método bárbaro y despiadado que dejaría horrorizado, incluso, a alguien que ha visto tantas cosas como el hombre que dejó las calles de la llamada Babel de Hierro libres de antisociales.

[b]Policías y delincuentes[/b]

A propósito de policías y delincuentes, pero también para traer a colación una noticia que no ha sido, a pesar de su importancia, suficientemente celebrada, sería oportuno saber cuándo le entregarán a la Policía Nacional las cincuenta unidades patrulleras que anunció, hace un par de semanas, el mayor general Jaime Marte Martínez, para ser puestas en servicio en distintos barrios de la capital y la provincia de Santo Domingo. Esos vehículos estarán dotados, según lo revelado por el jefe policial, de un moderno sistema de comunicaciones que permitirá denunciar, directamente a los agentes del orden, la comisión de cualquier delito al momento de producirse, lo que mejorará sensiblemente su capacidad de respuesta a las demandas de los ciudadanos. Ojalá que esas unidades estén en manos de la Policía antes de que termine la fiesta electoral, pues cuando venga la inevitable resaca no quedarán ni recursos ni ganas de honrar tanta promesa hecha con el único e interesado propósito de conseguir votos.

[b]Señales de humo[/b]

Hay que imaginarse que después del emotivo acto en el que doña Milagros Ortíz Bosch, vicepresidenta de la República, anunció su incorporación a la campaña reeleccionista del presidente Mejía, no hará falta recurrir a las señales de humo, como sugirió en tono irónico la también encargada de la Secretaría de Educación, para convencer a Finanzas de la gravedad de la situación por la que atraviesa desde hace más de dos semanas la cartera educativa, incomunicada con el mundo exterior por culpa de un deuda de 20 millones de pesos con la compañía telefónica Verizon. El regreso de doña Milagros, de manera tan dramática, al redil reeleccionista, hará que las cosas sean más fáciles de ahora en adelante, y hasta es probable que Rafael Calderón se apiade de su desgracia sin necesidad de irónicas indirectas.

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