Más vale tarde que nunca

Más vale tarde que nunca

El que el pasado año se exportaran más de $65 millones de dólares de derivados y chatarra de cobre, parece que espabiló a los funcionarios, que puestos en entredicho, finalmente decidieron hacerle frente al descarado tráfico ilegal de cobre robado y chatarras de igual origen, en que por varios años pasaba desapercibido y apenas superaba exportaciones anuales por debajo de los tres millones de dólares.

Los ladrones de cables se han convertido en el azote de las empresas telefónicas, eléctricas y de cable, cuando barrios enteros se quedaban sin los servicios por los desaprensivos que impunemente arrancaban de los postes miles de pies de esos alambres, que tenían y tienen una gran demanda en China y la India, que requieren cobre para sus florecientes industrias.

Las autoridades dominicanas, por muchos años se hicieron de la vista gorda, y las empresas eléctricas y telefónicas, debían asumir el costo de reposición, que si bien estaba cubierta por el seguro, no dejaba de ser una incomodidad de los usuarios que velan perder señales y energía de repente, en cualquier lugar apartado ya que los ladrones llegaban con equipos adecuados para la acción de despojo de cables y procedían a desmantelar sectores enteros de esos cables. Las tapas de las alcantarillas no se salvaron de la capacidad y demanda de las metaleras. Hoy, hay centenares de registros sin tapas, que ocasionan accidentes al serle removidas sus tapas para fines de refundición y exportación, al igual que las letras de bronce que antes adornaban las paredes de muchos edificios.

Parece ser, que al registrarse notables niveles de exportación, las autoridades se decidieron a actuar para que no figuraran como cómplices por acción u omisión, y en una acción muy responsable, la dirección de Aduanas retuvo decenas de furgones listos para embarque para descubrir cómo estaban pre empacados los cables fundidos y que le hablan sustraídos a muchas empresas. Aparte de la visita a esas empresas de zona franca que actuaban sin temores por lo que se conocía de la complicidad de las autoridades en cualquier clase de delito perjudicial al fisco.

Es un hecho que debe ser sancionado ejemplarmente y por más gritos que emitan quienes se proclaman como empresarios honestos y cumplidores como exportadores de chatarra, lo mejor es que se olviden de ese renglón exportador ya que era excusa para cometer toda clase de tropelías en contra de los cables del servicio público.

Es renglón no afecta los altos niveles de exportación y perjudicaba de mala manera a empresas locales, que deben convivir con los que se proclaman como dechados de virtudes en el ejercicio del libre comercio, pero que se trata de traficantes de materiales robados.

A lo mejor oiremos muchas bocinas y hasta legisladores para que se legisle, y como siempre, buscar algún bajadero que permita seguir estimulando un comercio de cables robados y continuar con la exportación del cobre ilegal.

Siempre aparecen algunos funcionarios de tercera categoría con mentalidad corrupta que permiten tales latrocinios y hacen quedar mal a sus superiores con el robo de alambres, haciéndole un flaco servicio a la vapuleada honestidad dominicana manchada por una corrupción que invade todos los sectores.

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