Más y mejor educación

Más y mejor educación

La inversión  de un 4% del PIB en educación abre la oportunidad de  convertir ese sector en motor  de progreso, que eleve la competitividad del país y la calidad de vida de la gente. Para lograrlo, es fundamental transformar al maestro, dotarlo de mayor capacidad didáctica y garantizarle condiciones de vida más dignas.  En las conclusiones del XVI Seminario Internacional Aprendo 2012 están señalados estos parámetros como uno de los retos principales de la educación dominicana.

Pero el reto de transformar la educación no es solo del Gobierno, sino que es responsabilidad de todos los sectores asumir un papel protagónico para lograr los efectos perseguidos. Es necesario lograr un sistema educativo que coloque al estudiante en el centro de la acción, de manera que pueda mostrar la asimilación de la enseñanza y su capacidad para aplicar lo aprendido. Para lograr este resultado es vital que  la buena formación de los docentes esté articulada con un programa educacional adecuado.

La oportunidad de transformar la educación está vigente. A partir de enero de 2013 hay que asumir el reto de elevar los niveles de la enseñanza y de quienes la imparten. Las autoridades tienen ante sí el reto de lograr que, por los resultados positivos,  todos entiendan que ha valido la pena destinar un 4% del PIB para la educación.

Medidas para recortar el gasto

El Gobierno tiene un inventario de aproximadamente mil vehículos de alto consumo que han estado al servicio de funcionarios del Estado y que serán subastados como parte de los planes de reducción del gasto público. Desprenderse de estos vehículos significará ahorro considerable de gastos en  combustibles, mantenimiento, reparaciones y otros afines. Es una decisión que hay que apreciar en su justo valor, sobre todo en momentos en que una reforma tributaria hace temer efectos negativos para los segmentos más vulnerables de la población.

El Gobierno debe sentirse estimulado a  suprimir toda fuente de gasto injustificable que corra a cuenta del erario y aprovechar el ahorro para propósitos más útiles y racionales. También debe hacer cumplir todas las disposiciones que tiene como propósito el ahorro de  energía, combustibles y materiales en las dependencias del Estado.

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