Masa de jóvenes espera Papa Brasil; Pontífice agotará una pesada agenda

Masa de jóvenes espera Papa Brasil; Pontífice agotará una pesada agenda

RIO DE JANEIRO. AP. Los cantos y oraciones se difunden en inglés, portugués y español con diferentes acentos. Son de millares de jóvenes que llegaron a las atiborradas playas de Copacabana para ver al papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y a quien consideran cercano a su realidad.  

Sobre la famosa acera de adoquines blancos y negros de la playa en Rio de Janeiro o en la estación de metro de Cantagalo, al pie de una favela del mismo nombre, los participantes de la Jornada Mundial de la Juventud se agrupan alrededor de la fe y de la esperanza.    “Todos los días nos encontramos con jóvenes de otras partes del mundo, cada uno canta y reza en su lengua, lo que nos une a todos es Dios”, dijo Estephanie Rei, una estudiante brasileña de 22 años de la ciudad de Sao Paulo. “En los buses, en el metro, en la playa siempre que nos encontramos con otras personas que vinieron para la jornada hay cantos y oraciones en diferentes idiomas. Todos nos entendemos aunque no hablemos la lengua del otro”.  

 Rei habló a la salida del metro de Catangalo, donde un grupo de jóvenes entonaba cantos religiosos en inglés, en español y otros idiomas, mientras esperaban la llegada del vagón.

   Rio de Janeiro, la llamada “ciudad maravillosa”, como la famosa letra de un samba, y sus famosos símbolos –desde el Cristo del Corcovado hasta su malecón a lo largo de Copacabana e Ipanema, entre otras playas, será la que reciba al santo padre en su primera salida al extranjero desde que fue elegido como cabeza de la iglesia católica en marzo.    Con sus seis millones de habitantes, esta es la ciudad que albergará por siete días al primer papa latino, el otrora cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, que tenga la iglesia católica. 

La llamada “cruz peregrina”, uno de los símbolos de la jornada, fue llevada en carro a recorrer las playas de Copacabana, Ipanema y Leblón, grandes puntos de concentración turística y fue dejada en una iglesia de la zona para una misa dominical.  

La cruz de 3.8 metros de altura, fue un regalo del fallecido papa Juan Pablo II para los jóvenes del mundo y desde que la otorgó en 1984, ha recorrido el mundo entero como un símbolo de la fe católica y ha acompañado todas las ediciones de las jornadas.  

 Algunos de los jóvenes que han llegado a Rio se identifican con la humildad del papa Francisco, otros con las medidas adoptadas contra la corrupción en el Vaticano o con la labor de evangelización.    Pedro Lanzilotti, un administrador de condominios de 57 años, afirma que es la “primera vez que veo un papa preocupado por la angustia de la población”.

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