Masacres en EE.UU. ¿Problema constitucional?

Masacres en EE.UU. ¿Problema constitucional?

Lamentablemente, aunque resulte doloroso, la respuesta a la pregunta es “Sí”. Una buena parte de los congresistas son cómplices de los intereses de la Asociación Nacional del Rifle – la tenebrosa NRA -. Ella derrocha recursos para comprar voluntades de legisladores dispuestos a venderles el alma para sus campañas electorales y desde sus curules garantizarles a la NRA que continúen amasando fortunas – no importa que sea a sangre y fuego -, así seguirán disponiendo de recursos para continuar financiándolos. Es indignante, pero es incuestionablemente así.
¿Por qué tienen que morir jóvenes y gente inocente en aras de una supuesta “defensa de la libertad” que nadie realmente amenaza y que no sirve sino para esconder la avaricia de un puñado de empresarios desalmados – pero bien armados –cuya ambición representa la peor y principal amenaza al derecho ciudadano a la seguridad para, efectivamente, gozar de su libertad?
La reacción del vicepresidente y director ejecutivo de la NRA ante la masacre fue responsabilizar a todo el mundo del crimen, en primer lugar, por supuesto, a los demócratas, para él los que matan “son las personas no las armas”. Se puede dar ese lujo de indolencia ante el dolor que sufren miles de familias porque goza de un gran poder. Con 4 millones de asociados – productores y defensores del “derecho” a poseer armas -, dispone de un presupuesto anual de 250 millones. En cada elección reparte millones de dólares entre los políticos para comprometerlos a la defensa de sus intereses. Según reportes donó 30 millones a la campaña de Trump y él le es agradecido, les ha asegurado, públicamente, que tienen un amigo en la Casa Blanca. La última masacre fue con un fusil semiautomático, no tira ráfagas, y alcanzó para asesinar a 17 y dejar heridos a 15. En octubre, el asesino de Las Vegas agregó un dispositivo a sus fusiles para disparar ráfagas lo que le permitió matar a 59 y herir a 556 en minutos. No hubo reacción contra la venta del dispositivo y no es sino ahora que el presidente dispuso la prohibición de su venta. ¿Porque esta demagogia ahora y no en aquel momento? Se insiste en manejar el asunto con agua tibia. Para el señor presidente la solución, que muchos han calificado como “estúpida”, es armar a los maestros – cientos de miles de nuevas armas a vender y comprar -.
El pretexto es el derecho a estar armado que garantiza la Segunda Enmienda a la Constitución aprobada en 1790 como garantía contra peligros que desde hace mucho no existen. La clase política no se inclina a resolver el problema, por lo que la solución está en el movimiento de masas que se ha desencadenado para provocar un cambio de fondo y presionar a las empresas con relaciones con la NRA, lo que ha empezado a dar resultados. Que los legisladores sientan que podrán tener financiamiento pero no votos.
Tienen que rescatar al Congreso para que deje de ser rehén de la NRA.