El estrés al que estamos acostumbrado, ya sea por el exceso de trabajo o por cualquier circunstancia de tipo emocional, nos induce a buscar alternativas que retornen la “normalidad” a nuestro cuerpo. Una de esas opciones son los masajes corporales.

Las tensiones pueden generar cansancio, pesadez y dolores en el cuerpo, síntomas que podría aliviarse con masajes adecuados, pero estas molestias podrían agravarse si no se solicita el servicio de un profesional en el área y un lugar adecuado para su aplicación.

Mercedes Lluberes, con más de 17 años de experiencia laborando en la Clínica de Belleza y Estética “Etre”, sostiene que elegir un buen masajista es fundamental, porque una errónea manipulación, sea demasiado rápida o lenta, podría perjudicar al paciente e incluso resultar lesionado y adolorido.

Aunque con la aplicación de masajes se obtiene una larga lista de beneficios, la experta señala que hay que destacar la importancia del simple bienestar pasajero que proporciona y la relajación que provoca tanto corporal como emocionalmente.

De una forma u otra el masaje conduce a un placer externo e interno que permite a la persona “ olvidarse” de una dolencia muscular o problema emocional y aunque es una verdad como un templo, la profesional recomienda cautela en cuanto a los lugares que se escojan para su aplicación.

Lluberes dice en ese sentido, que es motivo de preocupación la gran cantidad de personas que han abarrotado el mercado sin la experiencia debida y con propósitos que desvirtúan lo que es un masaje.

Y aunque sostiene que existen verdaderos profesionales en el área hay grupos que quizás sin proponérselo han “prostituido” el oficio. En los últimos tiempos se observan como han aumentado en medios comunicación impresos y radiales anuncios solicitando empleadas cuyas edades oscilan entre los 18 y 25 años.

“En los años que tengo de profesión en esta empresa siempre especifico la calidad del trabajo y en qué condiciones lo aplicó”, sostuvo la experta.

[b]Forma de aplicación del masaje[/b]

Para iniciar el trabajo se recomienda hacerlo en un ambiente adecuado, que refleje un máximo confort. La decoración de la habitación debe ser sencilla, de forma que se impida la distracción del paciente. Se debe graduar la temperatura para que no ocasione frío a una piel que por lo regular está desnuda.

La masajista debe tener las manos calientes, perfectamente limpias y con las uñas cortadas. La música es optativa y se recomienda consultar al paciente antes de encenderla.

No es conveniente conversar demasiado, aconsejan los expertos, porque se podría perder la concentración tanto del paciente así como del masajista.

Los comentarios desagradables que aludan a algún desperfecto del cuerpo deben dejarse a un lado.

Un buen masajista se distinguirá de otro menos profesional cuando siempre está en contacto con el cuerpo del paciente y no acepta ningún tipo de interrupción ( llamadas telefónicas, avisos…) que puedan alejarse mentalmente de su trabajo.

[b]Contraindicaciones[/b]

A la hora de dar un masaje se debe verificar el estado de salud del pacienta. No se recomienda, por ejemplo, aplicar masaje a una persona que tenga fiebre, o problemas dermatológicos o inflación si diagnosticar.

También está contraindicado aplicar los masajes cuando hay casos de flebitis, problemas cardíacos o se sufre de trombosis.