Guatemala, (EFE).- El Congreso de Guatemala se asemeja estos días a un laboratorio: los diputados y los empleados usan mascarillas con el fin de evitar contagios de la gripe AH1N1, y la entrada del público a sus instalaciones ha sido restringida.

La confirmación de un contagio de este virus a una empleada de Protocolo llevó el jueves a la Junta Directiva del Parlamento, que preside el diputado oficialista Roberto Alejos, a ordenar el uso de mascarillas en esas instalaciones y en otros edificios que pertenecen al Parlamento.

«Por medidas de seguridad, la Junta Directiva ha restringido el ingreso a particulares, y se ha dotado a todos los trabajadores de mascarillas y pañuelos para protegerse», explicó a Efe una fuente parlamentaria.

Ya desde el mismo jueves es común observar a la mayoría de los diputados y trabajadores del Palacio Legislativo con mascarillas, e incluso a los periodistas que cubren las actividades parlamentarias.

Uno de los empleados del departamento Financiero del Congreso explicó a Efe que están obligados a colocarse la mascarilla no sólo dentro de las instalaciones sino también cuando salen a la calle, para evitar contagiarse.

Similares medidas se han adoptado en el Palacio Nacional de la Cultura, en las instalaciones del Organismo Judicial y en la sede de la Municipalidad metropolitana.

El personal administrativo del antiguo Palacio de Gobierno también da la bienvenida a los visitantes con mascarilla y un gel antibacteriano, mientras que en los seis pisos del edificio del Ayuntamiento se ofrece un jabón con alcohol.

El portavoz del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Fernando Prera, anunció que se entregarán ese tipo de protección a todos los magistrados y empleados, aunque, según aseguró, hasta hoy no se ha registrado ningún caso de ese virus en la institución.

En los hospitales públicos y privados también es obligatorio utilizar protección, que se ha convertido en una de las armas para prevenir el contagio del virus.

La gripe A ha sido encontrada hasta el momento en 208 guatemaltecos, pero oficialmente no ha provocado ninguna muerte.

Las autoridades sanitarias aún no han confirmado ni descartado que la muerte de un niño a finales de mayo pasado debido a una bronconeumonía e insuficiencia renal, haya sido provocada por la gripe A, que también le fue diagnosticada por los médicos.

El ministro guatemalteco de Salud Pública y Asistencia Social, Celso Cerezo, dijo el jueves que los últimos 55 casos del virus fueron detectados en los análisis realizados en el Laboratorio Nacional de Salud en 32 mujeres y 23 hombres.

A criterio del ministro, «este es el pico más alto que hemos registrado» desde que el primer caso de gripe A apareció en Guatemala a principios de mayo en una niña que había visitado territorio mexicano.

Del total de contagiados en las últimas seis semanas, 150 ya están «totalmente curados» y han retomado su vida cotidiana, mientras que el resto está en tratamiento con tamiflú y en proceso de recuperación.

Según el ministro, el sistema de salud, integrado por unos 47 hospitales a nivel nacional, está preparado, incluso, para hacer frente y atender a unos 5.000 casos de forma simultánea si esto llegara a suceder en el país.

Cerezo hizo un llamamiento a la población a que adopte las medidas de higiene necesarias para evitar que esta enfermedad, declarada ya como pandemia por la OMS, se salga de control.

Desde el pasado lunes, más de 4,2 millones de alumnos de más de 17.000 escuelas públicas y colegios privados están de vacaciones de medio año por disposición del Ministerio de Educación para reducir los niveles de vulnerabilidad. EFE