Masculinidad y Cuarentena

Masculinidad y Cuarentena

TAHIRA VARGAS GARCÍA

En estos días de cuarentena y toque de queda se manifiestan muchas situaciones de violaciones a las normas establecidas con el mandato “Quédate en casa”.

Hay que reconocer que a las personas vulnerables se les dificulta mantenerse en un hogar que no tienen o dejar de movilizarse en búsqueda de su medio de sobrevivencia, hay otras personas que violan las normas desde la ocupación del espacio calle en forma recreativa y lúdica.

Las detenciones realizadas durante esta cuarentena superan las 15,000 personas y la mayoría de las personas detenidas son hombres.

Esto apunta a la presencia de patrones culturales de masculinidad que tienen raíces en una socialización en los hombres desde la niñez. Los elementos que se develan con estos comportamientos coinciden con el estudio que realizamos el año pasado sobre “Masculinidades y Violencia de género” (Vargas/Profamilia 2019) que analiza las pautas culturales de socialización y aprendizaje de la masculinidad en hombres y adolescentes de distintas edades, estratos sociales y provincias. Algunos de ellos son los siguientes:

• La presencia de la calle como el locus (espacio) principal de socialización e interacción en los hombres desde su niñez.

A los niños y adolescentes se les expulsa del hogar de forma implícita con la inserción a edades tempranas en el mercado laboral, así como en el fomento de actividades recreativas y de interacción fuera del espacio-hogar y la negación de su integración a las labores de cuidado y domesticas desde el fomento de la desigualdad de género y la sobrecarga hacia la población femenina desde estos roles.

El hogar está relegado a las mujeres en nuestra cultura, pedirles a los hombres que se queden en la casa, se convierte en un conflicto con el imaginario cultural que ha conformado su masculinidad, el hogar no es su espacio, es un lugar “femenino”.

• La ausencia de aprendizaje de herramientas de autocontrol y establecimiento de límites en la interacción social
En el estudio de “Masculinidades y violencia de género” citado anteriormente se muestra claramente la ausencia del autocontrol en la vida de muchos hombres y adolescentes. Por el contrario, su socialización desarrollada mayormente desde la calle está sostenida en la permisividad, competencia de poder y destrezas de transgresión de límites y normas con un fuerte componente de agresividad.

Lograr que el mandato “Quédate en casa” sea efectivo supone acompañarlo de campañas educativas dirigidas a la población masculina que toquen estos aspectos culturales elaboradas por hombres para hombres, que promuevan su inserción en los roles reproductivos y una mayor equidad de género al interior de los hogares. Además de favorecer el autocontrol y el establecimiento de límites.