Masivo contrabando de productos básicos a Colombia agudiza escasez en Venezuela

Masivo contrabando de productos básicos a Colombia agudiza escasez en Venezuela

CARACAS. Leche, azúcar, harina o papel higiénico. Toneladas de productos básicos son contrabandeados cada día hacia Colombia, un millonario delito que se nutre de las distorsiones causadas por los controles de precios y cambiarios del gobierno venezolano y que agudiza la escasez.

Las cifras son impactantes: cerca del 40% de los alimentos que Venezuela importa –a precios fuertemente subsidiados– son vendidos por «mafias de contrabandistas» en Colombia, afirma el presidente Nicolás Maduro, heredero de la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez.

Y el impacto es brutal: uno de cada cuatro productos básicos falta o es difícil de conseguir en Venezuela, de acuerdo con el Indice de Escasez que publica el Banco Central de Venezuela –a partir de relevamientos en 20.000 mercados en todo el país– y que en enero marcó un récord de 28%.

A pie, en moto o grandes camiones, a veces por carreteras principales y otras por pequeños y discretos senderos, los 2.200 kilómetros de frontera colombo-venezolana son el paraíso de los ‘bachaqueros’ en su trasiego de alimentos, productos de higiene o medicinas.

Aunque no hay cifras oficiales del volumen del contrabando, la canciller colombiana, María Ángela Holguín, calificó este mes la magnitud del fenómeno como algo «realmente escandaloso» y que «casi, casi, Venezuela está financiando la alimentación en Colombia» en desmedro de la industria de su país.

Dinero fácil. El gobierno venezolano defiende el control cambiario -vigente desde 2003- para evitar la fuga de capitales, y los subsidios como parte de la política chavista de garantizar la soberanía alimentaria en el país, cuya inflación en enero llegó al 56,3% anual.

Pero los economistas aseguran que los contrabandistas son atraídos por las distorsiones derivadas de esas políticas, que les permite comprar alimentos a valores fuertemente subsidiados y revenderlos en Colombia a costos internacionales, con lo que logran ganancias espectaculares al multiplicar el valor 10 o incluso 20 veces.

La mayoría de productos básicos o los insumos en Venezuela son importados a la tasa preferencial de 6,3 bolívares por dólar y vendidos a precios regulados, pero una persona que tenga divisas y las venda en el ilegal mercado negro (donde ya cotiza 12 veces por encima del valor oficial) paga valores menos que simbólicos.

Por ejemplo, en un supermercado venezolano un kilo de arroz corriente cuesta 0,10 centavos de dólar negro y en Colombia 10 veces más. Un desodorante 0,35 centavos de dólar y 3,5 dólares en el país vecino o un champú 5,71 dólares ante 40 dólares.

«Si tienes un tipo de cambio ‘sobrevaluado’ y un congelamiento de precios interno, es obvio que hay un estímulo enorme para que las mercancías salgan», opinó el analista Luis Vicente León, de la encuestadora Datanálisis.

En plena crisis inflacionaria, el desabastecimiento se ha agudizado además por el acaparamiento y la especulación, según Maduro, y por el retraso del Estado en la asignación de divisas para importaciones, agregan economistas.

A fines de enero el gobierno adeudaba al sector alimentos unos 2.430 millones de dólares.
Para el economista Asdrúval Oliveros, el problema se debe a «la política de control de cambio y de precios, que desestimula la producción local e impulsa las importaciones» financiadas por el petróleo que aporta el 96% de las divisas del país.

«Cada año la demanda de alimentos crece y crece, pero no creemos que eso se deba a un crecimiento de la población que es estable (un 1,5% por año), lo que explica que hay un contrabando muy agresivo», opina Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.

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