En la entrega del pasado domingo (23-X-2016), en este mismo periódico, nos adentramos en la “aventura” de un tema tan sencillo como el acento (prosódico), señal para el oído, y la tilde o rasguillo (ortográfico) señal para vista, que colocamos, en ocasiones en la vocal única, si procediere, según las particularidades de estos empleos. No se aplican a las consonantes.
David Ortiz, /más/ valioso 2013. Es un titular del diario Hoy, del 24 de octubre en curso (2016), p. 3B de la sección Deportes.
La partícula /más/, adverbio, aparece con acento o tilde sobre su única vocal, la /á/. En verdad, no cabe en ningún otro sitio, ya que las consonantes no exigen esa graficación.
Otro ejemplo:
“Luguelín: Soy un hombre /más/ maduro y con /más/ hambre de triunfo que antes.”
Así reza el encabezamiento desplegado a toda página (a seis columnas) del Diario Libre, sección Deportes, p. 42, 5 de agosto del 2016.
Estos casos, signados por la tilde sobre la vocal medial /á/, antecedidas por una /m/, y cerrada con una /s/: /más/, ¿por qué marcarles un acento, ya que presenta una sola vocal?
Lo explicamos:
a) /Mas/ contempla dos significados:
Conjunción adversativa átona, equivalente a /pero/, que usamos para contraponer un concepto a otro, que amplía el contenido del enunciado anterior. No se le marca el acento. Arriba dijimos que es palabra sin acento, es decir átona. “Yo te lo compro. /Mas/ no te puedo pagar ahora”.
b) Más, con el rasguillo acentual, envuelve el sentido de exceso, tamaño, cantidad.
Él es /más/ tranquilo que tú”.
En este empleo se le fija el acento para destacar el sentido en que se está usando esa palabra, y para que se entienda cabalmente lo que se quiere expresar.
Estas dos formas tan breves, aunque tengan la misma sucesión de letras y/o sonidos, nos obligan a decidir o no la colocación el acento ortográfico a una de ellas. No es el caso, necesariamente, de amo y amó o de /entro/ y /entró/. Es algo más allá, porque, si nos fijamos bien, comprobaremos que en /más/ existe una sola vocal, mientras que en las /amo/ y /amó/ y /entro/ y /entró/ la pronunciación juega un papel que nos impone interpretar contenidos. El columnista de un matutino local acentúa muy pocas veces el adverbio de cantidad /más/. Es oportuno apuntar que en nuestra escritura es infrecuente el uso de /mas/ como conjunción, sin tilde. Es prácticamente un lujo del nivel culto o literario.
Algo de curiosidad suele darse en nivel oral de nuestro vernáculo: ‘reiteración’. Aunque formas diferentes, /mas/ en el papel de conjunción adversativa, y ligada a /sin embargo/, que extraemos de la respuesta que una facultativa ofrece a su consultante.
[… Me llama mucho la atención que ella te confiese que es asexual, m/a/s sin embargo ustedes son pareja…]
Observaciones: entre “mas sin embargo ustedes son pareja;” no existe un subrayado, ni signos de puntuación más allá de la palabra /pareja/, ni acentuación alguna. Entre /más/ y /sin embargo/ se produce una tautología, por repetición, no de palabras, sino por el mismo uso del sentido /pero/, con palabras diferentes.
Bastaría con haber dicho:
-“Sin embargo, ustedes son pareja”; o Mas, ustedes son pareja.
Simplemente. /Más/, como adverbio de cantidad, requiere la tilde (acento ortográfico).
/Mas/, como conjunción adversativa en función de /pero/, no reclama tildación alguna: [… Mas, así son las cosas! ¡Yo jamás te podré olvidar…]
Así son estas cosas sencillas. ¿Sencillas?…