Mastitis, una infección frecuente

Mastitis, una infección frecuente

La mastitis es la inflamación del tejido mamario que rara vez ocurre en hombres y generalmente se da en mujeres que están lactando.

En ese sentido se llama mastitis puerperal, y representa la patología infecciosa más frecuente del periodo post parto y probablemente la causa más frecuente de infecciones mamarias en la vida de una mujer. Pero, a pesar de esto, la frecuencia con que se manifiesta es bastante baja: de uno a tres casos por cada 100 mujeres, e explica el doctor Frank Ariza, gineco-obstetra y ginecólogo infanto juvenil, quien tiene consultorio en el Centro Médico UCE.

“Esta es una infección bacteriana de la mama lactante originada por la invasión de bacterias a través de pequeñas fisuras y excoriaciones de la areola y el pezón que han sido producidas por el efecto traumático de la succión del bebé. Típicamente, la mayoría de los casos se presentan en las primeras semanas después del parto”, explica.

Se manifiesta una vez que las bacterias han penetrado el tejido mamario a través de excoriaciones de la areola o el pezón -lo mismo que ocurriría con cualquier herida en la piel-. “Las bacterias crecen localmente y se genera una reacción inflamatoria que se empieza a notar por un poco de dolor en alguno de los lados de la mama, especialmente en los cuadrantes externos; posteriormente se comienza a sentir más caliente esa zona y empieza a aparecer una coloración rosada de la piel localizada sobre el sitio de la infección”.

El especialista indica que hay pacientes que además han presentado fiebre y escalofríos, así como  dolor cada vez más intenso al tacto o cuando amamanta al bebé, pero que cuando vacía la leche de los senos se siente un poco aliviada. “Es posible exprimir cierta cantidad de pus a través de algunos de los orificios del pezón. Casi invariablemente solo se ve afectada una mama”, dice el ginocobstetra.

Cómo se diagnostica. El diagnóstico es muy fácil, señala Ariza. Los senos deben examinarse exhaustivamente para determinar el grado de afección y descartar complicaciones, dar instrucciones idóneas y seleccionar correctamente el tratamiento.

¿Cual es el tratamiento? “El médico  indicará antibióticos, analgésicos y dará instrucciones particulares para cada  caso. La medida más efectiva en el manejo de este problema es vaciar completamente los senos con regularidad, amamantando o manualmente”.

Asímismo, se recomienda tomar abundantes líquidos durante el día, indica el médico.

Puede seguir dando el pecho. El especialista recomienda no suspender la lactancia porque, aparte de afectar la nutrición del bebé, la leche se acumula en los senos generando más dolor y más riesgo de generar un absceso mamario. Aun cuando esté tomando antibióticos (adecuados) no debe suspenderla. “Si llegases a tener un absceso mamario es muy probable que tu médico intente drenarlo quirúrgicamente o mediante el uso de una punción guiada por sonografía  y te prohíba amamantar a tu bebé. Sin embargo te indicará que sigas extrayendo la leche para evitar mayor congestión mamaria”.

Mastitis quística crónica. Es la otra forma de manifestarse. El doctor  explica que  la también llamada enfermedad fibroquística, mastopatía fibroquística y displasia mamaria, es un trastorno caracterizado por la aparición de tumoraciones fibrosas no cancerosas en la mama y se categorizan en el conjunto de las mastitis.

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¿Cómo evitarla?

Como recomendaciones para evitar que se produzca la mastitis puerperal, Ariza ofrece algunas medidas sencillas, pero la más efectiva es seguir amamantando a tu bebé regularmente. Además aseo frecuente del pezón y la areola con agua. “No uses jabones ni alcohol ya que resecas la piel barriendo la grasa lubricante natural que ella produce”.

No use sostenes excesivamente apretados; si vas a trabajar ordeña los sénos leche para evitar congestión mamaria; al finalizar cada periodo de amamantamiento puedes colocar Vitamina E en cada pezón para ayudar a mantenerlo hidratado: toma una gotita y la colocas en tu dedo para luego aplicarla sobre ambos pezones. No uses mucha porque le puede saber mal al bebé”.

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