BAGDAD (EFE).- La ola de violencia se cebó en las últimas horas en objetivos religiosos en Irak, con un atentado suicida que segó la vida de diez personas en una mezquita de un feudo suní, y el asesinato de dos clérigos.

Los ataques también incluyeron el asesinato de un alto jefe de los servicios de seguridad y la explosión de un segundo coche bomba conducido por un suicida, que causó diez heridos.

El primer y mortífero atentado de ese tipo tuvo como escenario la localidad de Balad, feudo de los rebeldes al norte de Bagdad y donde se cobró la vida de una decena de fieles y clérigos que asistían a una ceremonia religiosa en un templo suní.

El estallido causó heridas a otras trece personas, informaron a EFE fuentes policiales.

El ataque se produjo a las 21:00 hora local (17:00 gmt), precisó el oficial Nazian Ibrahim, quien dijo que las víctimas fueron trasladadas al hospital de la localidad.

El atentado es el más mortífero registrado en una mezquita de la comunidad suní, ya que los ataques contra centros religiosos suelen tener hasta ahora como blanco más frecuente los templos chiíes.

A lo largo de la jornada también se conoció la muerte de otro clérigo suní, el jeque Emad Asem Alhamdani, predicador de la mezquita de Ahl El-Beit en Latifiya, en el sur de Bagdad.

El Consejo de Ulemas Suníes (CUS) anunció en un comunicado que Alhamadani fue asesinado el miércoles junto a un empresario iraquí, que quería financiar la construcción de una mezquita suní.

El atentado se registró cuando ambas víctimas viajaban en un vehículo privado en Bagdad.

Por otro lado, otro clérigo suní fue detenido hoy por las tropas estadounidenses en el oeste de Bagdad, según otra nota del CUS.

El jeque Faisal Husein Aletawi, imán de la mezquita de Al-Rahman en la localidad de Ameryiet Al-Faluya, a 65 kilómetros oeste de la capital, fue capturado esta mañana por las tropas norteamericanas, que lo llevaron a un lugar desconocido, precisó la nota.

En su comunicado, los ulemas suníes, que responsabilizan a las tropas estadounidenses de la suerte que pueda correr el jeque, exigen su inmediata liberación.

Los ataques registrados en las últimas horas alcanzaron también a clérigos de la comunidad chií, uno de los cuales fue asesinado anoche cerca de su casa en Basora, capital del sur iraquí.

Segun informaron a EFE fuentes del ministerio del Interior, Ali Abd Al-Husein, imán de una mezquita, fue asesinado en el barrio de Al-Gazaer por insurgentes desconocidos que se fugaron nada más perpetrar el ataque.

Por otra parte, en el oeste de Samarra, 125 kilómetros al norte de Bagdad, Razaq Mohamed Ibrahim, un contratista iraquí fue asesinado hoy por hombres armados que tras matarlo robaron su vehículo, según las fuentes.

En Kirkuk, norte de Irak, un alto funcionario de los servicios de seguridad era asesinado por insurgentes armados, anunciaron fuentes policiales.

El coronel Sabah Bahlul, asistente del director de asuntos interiores de la ciudad, fue abatido cuando salía de la casa de un amigo, anunció el oficial de policía Adel Zein El-Abedin en declaraciones a un canal local de televisión, Al-Sharquía.

La fuente dijo que otra persona resultó herida en el atentado, sin ofrecer detalles sobre su identidad.

También en el norte del país, al menos diez personas, entre ellas siete soldados iraquíes, resultaron heridas hoy por la explosión de un coche bomba frente de un puesto de control en Tikrit, informó a EFE una fuente de la oficina de cooperación norteamericana-iraquí.

El coche bomba, conducido por un suicida, estalló a las 16:00 hora local (12:00 gmt), en una de las entradas de los antiguos palacios presidenciales, actual base para las tropas norteamericanas e iraquíes destacadas en esa ciudad.

Según la fuente, el suicida hizo explotar el coche bomba, de marca Opel, en la entrada norte de los ex recintos presidenciales, situados en el centro de Tikrit, cuna del antiguo presidente iraquí, Sadam Husein.

Los nuevos atentados se inscriben en la oleada de violencia que recorre Irak desde que el 28 de abril tomó posesión el gobierno electo liderado por el chií Ibrahim Al Yafari, y que ha segado hasta ahora la vida de más de setecientas personas.