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BAGDAD (AFP).- Al menos 14 personas murieron el viernes en Irak, dos de ellas en un enfrentamiento en una mezquita y tres en un atentado en Bagdad, mientras el ejército estadounidense apagaba los últimos focos de resistencia en Faluya y preparaba un asalto contra los rebeldes de Mosul.
Entre doscientos y trescientos guardias nacionales iraquíes entraron en la mezquita de Abu Hanifa, en el noroeste de la capital, abriéndose paso con granadas ensordecedoras y disparos, según un corresponsal de la AFP.
Dos personas murieron y nueve resultaron heridas, indicó el hospital Al Noman al que fueron trasladadas las víctimas.
En su prédica, el imán de la mezquita dijo que el próximo objetivo de los estadounidenses es Latifiya, a 30 km al sur de Bagdad, donde son frecuentes los ataques de rebeldes sunitas.
También en Bagdad, tres personas, una de ellas policía, murieron y al menos otras 13 resultaron heridas en un atentado suicida perpetrado con un coche bomba contra un control policial, declaró a la AFP el comandante Jabbar Hassan.
El sargento Riad Abdel Hassan aseguró en el hospital Kindi que un policía pereció en el atentado y diez personas, la mayoría policías, fueron heridas. Según un oficial de policía presente en el lugar, dos civiles, un médico y su mujer, murieron en la explosión.
En Faluya, 50 km al oeste de la capital, el ejército norteamericano se afanaba por eliminar los últimos focos de resistencia.
El general estadounidense John Sattler, comandante de los Marines en Irak, afirmó el jueves que la ofensiva iniciada el 8 de noviembre «aplastó la insurrección».
En total, 51 soldados estadounidenses y ocho iraquíes, así como más de 1.200 insurgentes, murieron desde el comienzo de esa ofensiva, según el ejército estadounidense, que no comunicó ninguna cifra de víctimas civiles.
En Mosul, 370 km al norte de Bagdad, comandos iraquíes, apoyados por soldados estadounidenses, estaban preparados para asaltar en cualquier momento las posiciones de los rebeldes en el centro de la ciudad.
Según responsables estadounidenses, al menos 25 rebeldes se ocultan en Mosul y un centenar en sus alrededores.
«Empezaremos por el centro antes de desplazarnos al oeste. Vamos a incautarnos de todas las armas y a encontrar y limpiar esta ciudad de criminales y terroristas», afirmó el general Rashid Flaih, comandante de una fuerza especial enviada como refuerzo a Bagdad tras una serie de ataques contra comisarías y edificios oficiales la semana pasada.
Por otro lado, el extremista jordano Abu Musab al Zarqaui anunció haber degollado a dos guardias nacionales iraquíes en Mosul, según un comunicado que le atribuye el viernes una página de internet.
La violencia causó al menos nueve muertos más en Irak el viernes.
Dos civiles murieron al estallar un artefacto junto a una carretera en Samarra, al noreste de Bagdad, mientras más al norte, en Tikrit, un civil y un oficial de policía perecieron en un ataque contra una comisaría, según un oficial.
Más al norte, en Baiji, una mujer y otros cuatro civiles murieron tras violar el toque de queda impuesto en la ciudad por las autoridades iraquíes, según un oficial iraquí.
