Bagdad (EFE).- Al menos quince iraquíes murieron ayer y más de 53 resultaron heridos en diferentes ataques y atentados perpetrados en Irak, informaron fuentes de la policía. En el último ataque, cuatro obreros iraquíes que trabajaban para las fuerzas estadounidenses fueron tiroteados en la provincia de Nínive por un grupo de pistoleros cuando salían de la base norteamericana de Kisk.

Las fuentes del centro de coordinación iraquí-estadounidense, informaron de que otros ocho trabajadores resultaron heridos en el ataque. Los agresores se dieron a la fuga.

En Mosul, a 400 kilómetros al norte de Bagdad, un policía murió a consecuencia de la explosión de un coche bomba junto a la patrulla en la que viajaba.

En el suceso, que tuvo lugar en el puente al Suis, otras nueve personas resultaron heridas.

Otras tres personas murieron y doce resultaron heridas de diversa gravedad en un atentado y un ataque perpetrados horas antes en dos áreas del oeste de Bagdad, informaron fuentes policiales.

Las fuentes indicaron que la explosión de un coche bomba al paso de una patrulla de los “magauir” (fuerzas de elite del ministerio iraquí del Interior) dejó un muerto y doce heridos, entre ellos siete agentes y cinco civiles.

Las mismas fuentes dijeron que un miembro de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica de Irak (ASRII), el mayor partido confesional chií del país, y un empleado del ministerio de Industria fueron acribillados.