KANDAHAR, Afganistán (AFP).- Un total de 22 afganos, 19 de ellos rebeldes, murieron ayer, domingo, en Afganistán, donde el ejército realizó una nueva acción antitalibán en el sur del país, mientras Kandahar se recuperaba de los dos atentados suicidas del sábado que causaron ocho muertos.
Un total de 19 talibanes murieron y 17, incluidos dos ciudadanos paquistaníes, fueron detenidos en una operación de las fuerzas afganas llevada a cabo en la sureña provincia de Helmand, señaló el vicegobernador, Mulá Amir Ajundzada.
El ejército gubernamental puso en marcha dicha operación en las inmediaciones de la capital provincial, Lashkar Gah, tras recibir numerosas quejas de los consejos de ancianos de varios poblados por las exigencias de dinero de los talibanes a los habitantes de esos lugares. Los rebeldes talibanes son muy activos en Helmand, en cuyo territorio llevan a cabo ataque regulares contra las fuerzas británicas allí destacadas.
Asimismo, tres policías fallecieron este domingo en otros actos de violencia, mientras que otros tres agentes fueron secuestrados tras el ataque de un grupo de talibanes a un puesto de control policial en la provincia de Ghazni (sureste)
Además, dos militares de la coalición internacional y un afgano resultaron heridos cuando una bomba por control remoto estalló al paso de una patrulla en la provincia de Paktia, en el este del país.
Mientras tanto, a 100 kilómetros al este de Helmand, la principal ciudad del sur de Afganistán, Kandahar, se recuperaba de los dos atentados suicidas perpetrados el sábado por sendos kamikazes cuya identidad no pudo ser verificada, ya que sus cuerpos quedaron totalmente destrozados, según un comunicado del ministerio de seguridad.
La primera acción fue perpetrada con un coche bomba, que estalló al paso de una patrulla de militares canadienses, causando la muerte de dos de ellos y heridas a otros ocho, así como a diez civiles afganos.
El kamikaze se voló a sí mismo poco después, en medio de un grupo de gente que se había congregado a unos 100 metros del lugar del primer atentado, matando a seis civiles afganos e hiriendo a otros 25.