Matan 250 en semana Irak

Matan 250 en semana Irak

BAGDAD (EFE).- Dos nuevos atentados con coches bomba conducidos por suicidas y el hallazgo de otra fosa común elevaron ayer viernes a más de 250 el número de víctimas mortales de la ola violencia que desde hace una semana azota Irak.  La espiral se inició el viernes 28 de abril, un días después del juramento del gobierno electo, y desde entonces no ha dejado de enlutar este país en la peor escalada de ataques y matanzas desde las elecciones legislativas del pasado 30 de enero.

Según fuentes policiales, al menos siete policías iraquíes murieron y otras ocho personas resultaron heridas en la explosión del primer coche bomba de la jornada, que estalló en Tikrit, cuna de Sadamn Husein, a 180 kilómetros al norte de Bagdad y uno de los bastiones de los insurgentes.

El suicida hizo estallar el vehículo, de marca Opel, cerca de un autobús que trasladaba a agentes iraquíes que se disponían a realizar un relevo en un control de identidad situado en el puente que conecta la ciudad con la localidad de Nayiet Al-Alam, explicó a EFE el general Husein Ahmed, responsable de seguridad de la provincia de Salah Edin, donde se encuentra Tikrit.

«Siete policías iraquíes además del suicida murieron y otros cuatro agentes y cuatro civiles resultaron afectados», añadió Ahmed, quien precisó que los heridos fueron ingresados en el hospital central de Tikrit, donde dos de ellos se encuentran en estado grave.

Catorce cadáveres eran hallados poco después en la población de Kisra Wa Atash, al norte de Bagdad, en las cercanías de Ciudad Sadr, feudo chií de la capital.

«Los cuerpos se encontraban en un foso» dijo a EFE un alto oficial de la policía, el general Hazem Ali, quien precisó que el descubrimiento fue posible gracias a informaciones facilitadas a la policía por habitantes del área, que observaron como un grupo de desconocidos intentaba enterrar algunos de los cadáveres.

«Nada más desplazarnos al sitio encontramos primero dos cuerpos con disparos en la cabeza, las manos atadas y los ojos vendados» explicó Ali, quien añadió que ese primer hallazgo les condujo a descubrir el foso que contenía los otros doce cadáveres, que «estaban en la misma situación».

La fuente dijo desconocer la identidad, oficio o grupo étnico o religioso de las víctimas, ya que no llevaban documentación, aunque apuntó que «por su ropa podrían ser suníes».

«Portaban vestidos árabes típicos de color blanco» dijo, para justificar la sospecha de que se trata de miembros de esa comunidad.

La jornada luctuosa se completaba con la explosión por la tarde del segundo coche bomba, en este caso al sur de Bagdad y que costó la vida a diecisiete personas y heridas a cuarenta.

El segundo kamikaze hizo estallar su vehículo en un mercado de la localidad de Soueira, a medio centenar de kilómetros de la capital y muy frecuentado en el momento de la explosión, que se registró tras el preceptivo rezo del viernes santo musulmán en las mezquitas.

Al menos diez soldados estadounidenses murieron también esta última semana en ataques insurgentes en distintas áreas de Irak, donde garantizar la seguridad se ha convertido en la máxima prioridad del ejecutivo electo, liderado por el chií confesional Ibrahim al Yafari.

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