BAGDAD (AP).- Cuatro soldados estadounidenses murieron el sábado en distintos ataques en Bagdad, el día que secuestradores de activistas de paz de un grupo cristiano fijaron como plazo final para la liberación de todos los prisioneros en cárceles iraquíes, o para ejecutar a los cautivos, en caso de una negativa de las autoridades.

Los ataques ocurrieron cinco días antes de las elecciones nacionales.

Dos de los soldados murieron por fuego de armas pequeñas al suroeste de la capital, informó el comando militar norteamericano en un comunicado. Los otros murieron al estallar una bomba al costado de un camino en la población sunita de Azamiyah y por fuego de armas pequeñas al norte de la capital, informó el comando militar.

Un soldado estadounidense murió y 11 más resultaron heridos por un atentado suicida con coche-bomba, contra una unidad militar en el occidente de Bagdad, informaron el sábado fuentes castrenses.

El atentado, que dejó también herido a un civil iraquí, ocurrió la noche del viernes en el distrito de Abu Ghraib, informó el mando militar estadounidense en un comunicado.

A su vez, el ministerio del Interior dijo que carecía de información sobre la suerte de cuatro activistas de la paz, capturados hace dos semanas en Bagdad. La Brigada Espadas de la Rectitud estableció el plazo del sábado para matar al británico Norman Kember, de 74 años de edad, al estadounidense Tom Fox, de 54 años, y a los canadienses James Loney, de 41 años, y Harmeet Singh Sooden, de 32.

Los captores exigieron a Estados Unidos y a las autoridades iraquíes poner en libertad a todos aquellos detenidos por razones de seguridad.

El sábado, el gobierno dijo que había liberado a unos 240 detenidos de las cárceles de Abu Ghraib y de Camp Bucca. Pero la vocera de la embajada de Estados Unidos Liz Colton dijo que la liberación había sido planificada desde hacía semanas y nada tenía que ver con las demandas.

En otro episodio de violencia, un contratista egipcio fue hallado muerto el sábado, al día siguiente de su secuestro a punta de pistola, dijo la policía.

El cadáver de Ibrahim Sayed Hilali apareció en Beiji, al norte de Tikrit, dijo el teniente coronel de policía Muthana Hamdi.

Hilali vivía desde hacía mucho tiempo en la ciudad y no se sabía con certeza quién era su empleador, dijo la policía.