México. EFE.  Se mostraba como un mesías preocupado por sus paisanos, pero a Nazario Moreno González “El Chayo”, líder del cártel de La Familia, se le conocía más por invocar “justicia divina” contra el enemigo a través del plomo escupido por los AK-47 de sus sicarios. 

También conocido como “El más loco”, encontró ayer la muerte en un inacabable tiroteo con las fuerzas de seguridad mexicanas, un altercado que supera ya las 24 horas en su natal Apatzingán, uno de sus feudos del sureño estado que le servía de base, Michoacán.   El capo nació el 8 de marzo de 1970, y fue arrestado por primera vez en 1994 en McAllen (Texas).  Posteriormente, en 2003, se le acusó de nuevo en el mismo lugar por narcotráfico, ante lo que resolvió huir a México, donde empezaría a construir su faceta de líder criminal pseudorreligioso.   Según diversas fuentes, ha adoctrinado en temas evangélicos a numerosos miembros de su organización, reclutados a través de clínicas que abrió, irónicamente, para tratar adicciones.   Una vez limpios, se les prohíbe consumir drogas y alcohol, y se integran a La Familia. Reuniones de oración y prácticas de tiro forman parte de su disciplina habitual.