BAGDAD (AFP).- Tres soldados norteamericanos perdieron la vida en diferentes ataques perpetrados desde el viernes en Irak mientras que cuatro iraquíes, entre ellos una mujer y un niño, fueron acribillados el sábado por militares de un convoy estadounidense que abrieron fuego contra su vehículo en Tikrit, al norte del país.

Además, soldados de la coalición y autoridades locales intentaban este sábado restablecer la calma en la norteña ciudad de Kirkuk, escenario desde hace varios días de disturbios internos que han causado siete muertos desde el miércoles.

El ejército estadounidense, castigado de nuevo por la pérdida de un helicóptero el viernes cerca de Faluja, al oeste de Bagdad en un ataque en el que murió un soldado y otro quedó herido, anunció el sábado tres nuevas muertes en sus filas.

La explosión de un artefacto de fabricación artesanal en el sur de Bagdad acabó con la vida de dos militares el viernes, anunció un portavoz. Otros tres soldados resultaron heridos a causa de esta explosión que se produjo al paso de su patrulla por el lugar, añadió.

Un tercer soldado estadounidense murió y otros dos quedaron heridos en un ataque con mortero contra su base en Balad, 75 km al norte de Bagdad, el viernes hacia las 17h00 (14h00 GMT), indicó el sargento Robert Cargie, de la Cuarta división de infantería destacada en Tikrit.

Las fuerzas de la coalición en la zona registraron numerosos vehículos y detuvieron a seis personas sospechosas de haber participado en el ataque, añadió el sargento.

Con estas nuevas víctimas asciende a 215 el número de militares estadounidenses muertos en combate desde el anuncio del fin de los combates de envergadura en Irak por parte del presidente George W. Bush el 1 de mayo pasado.

En Tikrit, cuatro iraquíes, entre ellos una mujer y un niño, murieron el sábado cuando soldados estadounidenses que viajaban en un convoy dispararon contra su automóvil que intentaba adelantarles, indicó el jefe de la policía de esta ciudad del norte del país.

El automóvil, un Chevrolet Caprice de color gris, fue alcanzado por 27 balas y se salió de la autopista, dejando un saldo de cuatro muertos, declaró a la AFP el coronel Ossama Adham Abdel Ghaffar, responsable de la policía de Tikrit.

Sólo uno de los pasajeros quedó con vida y contó en el hospital de la ciudad que «un soldado del convoy abrió fuego cuando el automóvil intentó adelantarlos».

En Kirkuk (norte), el ejército estadounidense patrulló las calles después de haber impuesto el viernes un toque de queda nocturno, indicó el jefe de la policía local, general Turhan Yusef, quien precisó que los soldados detuvieron a seis kurdos armados en el cementerio de un barrio turcomano.

A primera hora de la mañana, dos árabes sunitas fueron heridos después de haber intentado atacar con armas ligeras una patrulla de la policía en un barrio al sur de la ciudad.

En otro incidente separado, un guardia que custodiaba la sede del Partido nacional turcomano resultó herido por varios disparos, indicó el coronel de la policía Jattab Abdalá Aref, añadiendo que una granada había sido lanzada contra la casa de un miembro árabe del Consejo de gobierno, Sabah Zidan, sin alcanzarlo.

El ejército estadounidense anunció igualmente este sábado que había detenido a 128 personas sospechosas y había decomisado gran cantidad de armas y explosivos el viernes en el oeste de Irak.

Todos los sospechosos fueron arrestados en redadas llevadas a cabo en toda la provincia de Al Anbar, que se extiende desde Bagdad hasta la frontera con Jordania y Siria, según un comunicado del Comando central estadounidense.

Otras 45 personas fueron detenidas, entre ellas 12 que eran especialmente buscadas, en otras operaciones en las ciudades de Mahmudiya, Iskandiriya y Faluja. En los registros, los soldados decomisaron 23 kilos de dinamita, 41 cohetes antitanques, ametralladoras e ingredientes destinados a la fabricación de bombas artesanales.