Víctor Alexander Portorreal, quien tras asesinar a su pareja Reyna Isabel Encarnación y sus tres hijastros alegó problemas económicos como móvil, aseguraba que ella era el gran amor de su vida y estaba consciente del amor que sentía por ella, pero ese gran amor que decía sentir no fue suficiente para evitar la cruel muerte que decidió darle.
De acuerdo a lo que confesó a un compañero de trabajo tras cometer el cuádruple crimen, lo suyo era un amor perfecto, sin peleas, y que se convirtió en esa triste historia.
“Maté al amor de mi vida, y ella me amaba con todo su alma y yo también”, escribió al señor Miguel Alejandro Ureña Marranzini, quien fue su jefe por cuatro años y a quien contactó para despedirse, porque sus intenciones eran quitarse la vida tras el hecho.
“Adiós, te quiero mucho”, le escribió.
Le decía que cuando el celular se descargara se iba a matar y empezó a darle instrucciones para el funeral que quería. Decía que ya no le importaba nada, que se iba de este maldito mundo.
Supuestamente resuelto a quitarse la vida, le dijo a su jefe que lo único que lamentaba era no haberse despedido de su papá.
El hombre, al que su jefe definió como taciturno, porque hablaba muy poco, venía enfrentando problemas económicos hace meses, según contó Ureña, quien fue contactado por el Ministerio Público cuando intentaba dar con el paradero de Portorreal.
“Esa desesperación no era de ahora, yo diría que desde diciembre la misma situación, no le daba el dinero, que no le cuadraba” dice Ureña.
Dice que incluso empezó a hacer trabajitos por fuera para buscar dinero extra.
Víctor, según su madre, no podía con esa carga de esa mujer y sus tres niños.
En una ocasión incluso fue al trabajo de este, y habló con su jefe, preocupada por la responsabilidad que tenía ahora.
“Su mamá fue donde mí y me dijo que qué iban a hacer, porque él se había metido con esa muchacha con tres muchachos y lo que él ganaba no daba para él”, contó Ureña.
La madre de Portorreal vendía pastelitos.
Su familia cree que fueron los problemas económicos, como este también había dicho a la policía, que lo llevaron a la locura de cometer tan cruel hecho.
Recién mudados al sector Enriquillo, la pareja parece pasaba por una crítica situación económica, que se agudizó porque ese fin de semana que le tocaba cobrar, no le pagaron.
“Yo pienso que por esa misma situación, verse sin dinero, los muchachos pidiéndole, la mujer exigiéndole, le llevó a la locura, digo yo”, argumentó la señora Johane Mendoza, tía del homicida
Según confesó el jefe de Chamán Chakra, como se autodenominaba en las redes sociales, era loco con los niños y la relación con estos era súper buena, que era más que un papá.
El viernes 9 la Policía anunció que Portorreal había sido apresado cerca del sector donde vivía.