El poeta Mateo Morrison presentó ayer, en el salón Manuel Rueda de la Fundación Corripio, su más reciente libro de poemas, titulado El abrazo de las sombras, un poemario compuesto de 20 poemas sobre el tema de las sombras.

Se trata del primero de una serie de cinco libros que Morrison prometió llegarán en secuencia, con 20 poemas cada uno.

La obra fue presentada por la poetisa española Ivonne Sánchez Barea, quien consideró cada poeta como un mundo por descubrir.

Sánchez Barea también hizo los dibujos para cada uno de los poemas.

Fue un placer dibujar con la pluma y el pincel desde la palabra como isla emigrante- entre continentes y contenidos los cosmos de pensamientos del autor, quien nos invoca al vuelo rasante y de culmine visión con sus poemas en el abrazo de las sombras, haciendo que volvamos de cada vuelo hacia nuestro origen, destacó la poetisa española Ivonne Sánchez Barea durante la presentación de la obra.

Morrison, quien es además viceministro de Cultura, hizo una breve reseña de la historia contemporánea de la poesía dominicana, sus poetas y los distintos movimientos que mantuvieron vivo el género en el país y su comportamiento con las distintas gestas históricas del país.

Dijo que uno de los otros libros (de los cinco que dijo escribirá) recogerá poemas de grandes poetas dominicanos que también trataron el tema de las sombras en sus versos. Otro de los temas del que dijo seguirá escribiendo es la muerte.

La obra fue impresa por editora Santuario.

En el acto estuvieron presentes el empresario José Alfredo Corripio, vocal de la Fundación Corripio, y Jorge Tena Reyes, asesor de la Fundación.

La clave

El autor

Mateo Morrison ha recibido la distinción Salomé Ureña de Henríquez que otorga el Ministerio de Estado de Educación y la distinción de la Cámara de Diputados por su labor cultural. Es presidente fundador de Espacios Culturales y fundador de la Unión de Escritores Dominicanos, donde ostentó la secretaría general. Fue fundador del Taller Literario César Vallejo, recibiendo una distinción de manos del presidente Leonel Fernández al cumplir 20 años, en 1997.