Mateo Morrison: una vida entre las letras y la cultura

Mateo Morrison: una vida entre las letras y la cultura

Mateo Morrison, homenajeado en la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2024 (FILSD), encarna una vida dedicada al arte y a la promoción de la cultura dominicana. Su trayectoria, marcada por el compromiso y la reflexión, lo sitúa como un referente indiscutible del panorama literario y cultural del país.

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Un trabajo pendiente

Para Morrison, la cultura es un esfuerzo colectivo que demanda el compromiso de las instituciones públicas y privadas. Reconoce que eventos como la FILSD son muestras palpables del impacto positivo de las políticas culturales, pero insiste en que se puede ir más allá de eventos aislados. «Hay que hacer más», repite enfáticamente, refiriéndose al deber de los ministerios de Cultura, Educación y Relaciones Exteriores, de ampliar sus iniciativas para fomentar la creación y promoción cultural.

Morrison señala que el trabajo cultural no debe limitarse al ámbito local, sino, que debe proyectarse hacia el exterior con mayor fuerza. Destaca que la proyección de la literatura dominicana en escenarios internacionales aún está lejos de ser suficiente y requiere una planificación más ambiciosa. «No somos ampliamente conocidos. La literatura dominicana merece más difusión y eso requiere esfuerzo desde todos los sectores», comenta.

En este punto, resalta la importancia de que las universidades y academias eleven el nivel de enseñanza literaria, para garantizar que las obras dominicanas destaquen por su calidad más allá de nuestras fronteras.

La conexión cultural de la diáspora

La dedicación de esta edición de la FILSD a la comunidad dominicana de Washington Heights le parece más que merecida. Morrison considera que ese gesto reconoce, “a una comunidad dominicana en el exterior y donde, por lo que explicaron, se instalaron los primeros dominicanos que hicieron poesía, pero también hicieron negocios, trabajaron duramente y comenzaron a contribuir en otro país al desarrollo cultural y a esa economía”.

El escritor también celebra el homenaje a Rhina Espaillat, destacada poeta dominicana residente en Estados Unidos y su valiosa trayectoria que enaltece la cultura dominicana más allá de las fronteras nacionales.

Para Morrison, iniciativas como esta demuestran que la dominicanidad trasciende el territorio nacional y se expande con orgullo a través de las contribuciones de los dominicanos en el exterior.

Una generación comprometida

Morrison es parte de la llamada generación de posguerra, formada tras la caída de la dictadura trujillista y marcada por el compromiso social. En su opinión, esta generación canalizó en su obra las vivencias de una época convulsa, desde el conflicto bélico hasta la intervención extranjera, dejando un legado literario influenciado por las luchas políticas y los cambios sociales.

No obstante, aclara que la poesía no se encasilla en un solo tema. “La poesía no tiene un único enfoque. Puede abarcar desde la política hasta el amor, desde la soledad hasta la muerte. Esa es su grandeza: su capacidad de explorar todos los aspectos de la vida”, reflexiona.

Los frutos de su gestión cultural

Durante 22 años, Morrison dirigió el Departamento de Cultura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), un período que describe como una oportunidad para expandir las posibilidades artísticas en la universidad. Su gestión transformó un modesto grupo de cinco colectivos culturales en la sede (el coro, la rondalla, la poesía coreada, el teatro y el grupo de acción cultural), en una red de 37 grupos que abarcaban literatura, teatro, música y otras expresiones artísticas en todos los centros regionales universitarios del país.

Entre sus logros se cuentan la fundación del Taller Literario César Vallejo, que a lo largo de sus 46 años de historia, ha sido un semillero de jóvenes escritores. Para Morrison, ese taller no solo fomentó la escritura, sino, que, también rompió barreras de género, al destacar la obra de mujeres poetas, en una época donde predominaban las voces masculinas.

Además, su labor trascendió las fronteras universitarias, contribuyendo a la creación de una generación literaria que marcó la década de los 80 y dejó un legado palpable en las letras dominicanas.

Una visión hacia el futuro

A pesar de sus logros, Morrison no se permite el descanso. Actualmente, trabaja en nuevos proyectos literarios y culturales que continúen su labor de conectar generaciones a través del arte y la escritura. Su motivación sigue intacta: “Todo lo que he hecho ha sido en función del bien, de no hacer daño a nadie, de ser fraterno. Así quiero que se recuerde mi legado”.

Morrison también aconseja a los jóvenes interesados en la literatura y la animación sociocultural, que se acerquen a esas áreas con humildad y desprendimiento. «Escribir es un acto solitario que exige lectura y dedicación, mientras que la animación cultural requiere entrega y vocación de servicio a la comunidad», señala.

Los libros como puentes

Con la FILSD 2024, bajo el lema «Los libros conectan», Morrison reafirma su creencia en el poder de la literatura para trascender barreras culturales y emocionales. “Un libro escrito en cualquier parte del mundo, puede transformar nuestra vida sin que siquiera conozcamos al autor. Esa es la magia de la literatura”, concluye.

Así, el homenajeado de la FILSD 2024 no solo celebra ese reconocimiento como un triunfo personal, sino, como un símbolo del potencial que tiene la cultura dominicana de seguir conectando corazones y mentes dentro y fuera de sus fronteras.

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