Materia prima: la recuperación de la memoria

Materia prima: la recuperación de la memoria

POR ODALÍS G. PÉREZ
La recuperación de la memoria y sus espacios, a veces contradictorios, a veces simbólicos, y otras veces ontológicos, es un procedimiento utilizado por el escritor dominicano Marcio Veloz Maggiolo en una perspectiva de identidad cultural y universalidad. Al leer Materia Prima (Eds.  Alfaguara, Grupo Santillana, Santo Domingo, Imp. Colombia, 2006, 302 págs.), observamos que dicho texto novelesco se organiza desde una secuenciación narrativa que no renuncia a la perspectiva de la voz, tanto en superficie, como en profundidad.

Los personajes que muchas veces logran instruir  una versión de lo narrado como punto de núcleo y acción narrativa, alcanzan a pronunciar una versión de la realidad, cuyo significado temático y formal aspira siempre a lo dialógico y al espacio que fermenta y direccionaliza el imaginario cultural dominicano en sus vertientes testimoniales y agonales. El viaje confesional del autor se reconoce en el personaje inscrito en la fábula social y la bio-graphia epocal, cuyo signos desamarran los modos de la socialidad integrándolos  al tiempo de la historia como imaginario dialogal.

En Materia Prima de Marcio Veloz Maggiolo, la confesión en torno al barrio de Villa Francisca, la Era de Trujillo, la historia vista desde N. Y., Roma y otros puntos capitalinos, participa de una vision desgarrada y desgarrante de los narradores (Persio, Ariel, Papiro) que desde sus voces, perspectivas y desdoblamientos cualifican, descualifican y, sobre todo, categorizan y testimonian lo real y lo imaginario.

Desde la Advertencia se le ofrece al lector una línea testimonial que se conoce cuando el autor declara que

“Los personajes de este libro fueron registrados debidamente como creación intelectual en la Oficina Nacional de Derechos de autor. Me hubiera gustado “declararlos” en la Oficialía del Estado Civil como esos recién nacidos a cuyos padres se les exige la ficha de hospital y declaración jurada con testigos. No ha sido posible y por tal razón no poseen acta de nacimiento. Este último inconveniente, creo, ha hecho que realmente sigan viviendo a medias. La orfandad no es solo biológica, sino que se   extiende a la moral”.

La poética de la memoria y del recordar cobra su vida significante y textual desde el mismo marcador enunciativo de comienzo:

“Persio fue un amigo entrañable. Ahora, con el paso de los años me parece verlo erguido, bien parecido, unas veces sonriente y otras preso de las preocupaciones. La trágica imagen de su caída, de su muerte a secas, sin verdaderos preámbulos, me obliga a recordarlo con amargura. Siempre se reconstruyen los amigos muertos con la mayor de las imágenes”. (p: 13).

Las historias de vida así como los relatos y secuencias sobre personajes dominicanos y hechos que particularizan sus acciones, se hacen legibles en narrativas como: “Versiones” (pp. 56-67); “Barcos Distantes” (pp. 68-79); “El viejo y el nuevo mundo. Invenciones de Papiro para usos posibles” (pp. 80-90); “Manolo modificado” (pp. 91-93); “Emilia en do menor” (pp. 154-172); “Testimonio aprovechable sobre Juan Caliente” (pp. 202-207). Estas unidades convierten la novela en historia y a la historia misma en fabulación memorial.

Aunque la aparente dispersión narrativa se lea como una suma de funciones textuales e imaginarias, el núcleo de cada acontecimiento se justifica por la conexión o conexidad sintáctico-textual del movimiento mismo novelesco. Escrita en clave de fragmentación y progresión accional Materia Prima participa de una redacción entre mundo, memoria y personaje. Como en el relato postmoderno, el valor de cada acción depende de sus ejes o núcleos de progresión del mundo de la vida de cada actor o actante de la narración, sin que lo narrativo se diluya como fuerza de su universo-acción.

El testimonio humano a través de la carta, produce, en el contexto narrativo, los estados y formas verosímiles que hacen más legibles los acontecimientos organizados por el novelista en la dinámica misma del recordar. Pero la poética de la memoria es también una ontología y una técnica utilizada por el narrador para entrar en el mundo y los mundos de sus actores-personajes. (Véase, por ejemplo, el marcador “Mi Querido Persio” (pp. 26-33); “Mi Querido Papiro” (pp. 34-42); “Querido Amigo Persio” (pp. 80-90), y otros). Sin embargo aunque la voz autorial implique un espacio de la huella justificado como argumento de la misma narración, la misma estructura de hojas sueltas, conduce a explicar la justificación del material narrativo como técnica y subjetividad:

“Son viejos papeles, memorias desperdigadas. Organizarlas es una manera de organizar mi vida. Aquel recuerdo de infancia, este modo de mirar la TV son parte de mi. Nadie podría recuperarse cuando le dijeran que quien escribe estas líneas es el verdadero Manolo, el hombre de la pistola nueve milímetros y el idioma inglés. Aquel  que caminó hacia el servicio de inteligencia militar y se perdió para siempre” (pág. 91).

La biografía fantástica de personajes locales principalmente “capitaleños”, se va articulando en una alteridad de espacios y tiempos a veces coherentes y a veces dislocados para lograr los efectos de una función topográfica, cronológica o más bien biocronológica, activadora de cuerpos y visiones que surgen como sustancia y pronunciamiento de una filosofía de la historia social dominicana, determinada por sus esquemas y líneas de aventura en el tiempo de la interpretación político-cultural.

Sin embargo, esta materia prima no se presenta sólo como fórmula o material de trabajo del novelista, pues dicha novela marca una práctica de la memoria misma como estructura generante y generadora de gestos, acciones, apuntes, travesías y recuerdos que van articulando todo un proceso de vida y de crítica observable en el argumentario narrativo que justifica, en sus estados, la conformación misma de la narratividad testimonial del autor.

Como en Proust, Balzac, Flaubert y los tradicionalistas hispanoamericanos, Veloz Maggiolo alcanza los puntos y ejes de una memoria que tiene Su urgencia y quiere hablar a través de sus fantasmas. Tal como se puede observar en La mosca soldado ( 2004/2007) y La biografía difusa de Sombra Castañeda (1980/2005), el entendimiento de una escritura de la resistencia y el desafío temporal impone una marca y un estilo memorial fundamental para la comprensión de la historia dominicana en sus bordes y centros.

Al leer Materia Prima, el lector  acude como por un impulso fílmico y mágico a Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas (Editado en 1996 por la Colección Banreservas, Santo Domingo, Imp. En Amigo del Hogar, 399 pags.). Observamos que este conjunto de relatos, narraciones y espacios fantasmáticos traduce toda una visión crítica resistente y fundacional de un locus mítico y un viaje al centro mismo de la dominicanidad. Lo que aparece como prontuario y espacio de imágenes allí, es una estructura epocal que aún se pronuncia en sus signos, ejes y representaciones en la República Dominicana de nuestros días.

En efecto, Marcio Veloz Maggiolo ha llevado a cabo una fisiología y una radiografía del trujillato mediante una prosa testimonial y de ficción cuyo alcance es único en la narrativa dominicana contemporánea. Ningún narrador dominicano ha llevado a cabo un proyecto semejante en la producción literaria dominicana desde los años sesenta hasta hoy.

Pero Veloz Maggiolo no es de aquellos escritores mercachifles, comerciantes o figurones que toman el personaje Trujillo para “vender” y promover sus raíces trujillistas o antitrujillistas en una escritura trasnochada que añora la época, y que por demás se empeña en promover la consabida mitomanía y megalomanía de “trujillólogos”, sin documentación real ni investigación seria en el dominio. Nuestro autor constituye una épica fundada en el espíritu mismo de la temporalidad y espacialidad de la dictadura, marcando los ritmemas que traducen, en la novela, el testimonio y la acción intelectual en hechos que se narrativizan y actorializan en funciones típicas y propias de relato.

Es así como Materia Prima conduce mediante el idiosema textual a Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas, desde una génesis y una genética textual que organizan la visión de un universo de forma tópica y memorial en el orden político, accional y social de la dictadura de Trujillo. A través de sujetos populares, y sobre todo a partir de la metáfora-mundo, el espacio legendario y mítico de Villa Francisca, N.Y., Roma y otros lugares, se pronuncia en todo un locus maravilloso articulado en sus líneas cardinales.

“Tígueres” de barrio, cueros, maricones, brujas, chopas, calieses y estrellas del bolero epocal, entre otros, desfilan a través de la memoria narrativa construida por el autor para  dar cuenta de aquel mundo en degeneración y violencia propio de una época que aun influye y tiene sus representantes en el mundo político y sociocultural de nuestros días. Añoranza y recorrido memorial traducen el espacio y el tiempo de la nostalgia y el crimen, justificados por cierta escritura que quiere reproducir actores, realidades y materias de un discurso-tipo de la representación dictatorial.

Las interpolaciones, saltos espaciales y temporales, nexos temáticos e históricos, transversalidades narrativas y recorridos agonales, constituyen el mundo textual de Materia Prima, donde el autor, los personajes y sus miradas memoriales, se reconocen en un fraseo constante de la vida y de la muerte. Veloz Maggiolo presenta, actorializa y temporaliza el personaje en su dimensión legendaria y cuasi-mítica, para de esta manera recuperar la memoria mediante la hoja de vida o historia de vida utilizada como procedimiento narrativo y ficcional.

Diego Farándula, Isolina, Manolo, La Condesa, Juan Vicente, Emilia, Fulano Jiménez, La Mosquita, Doralba la Inodora y otros personajes, forman parte de la Comedia Humana dominicana de los últimos cuarenta, o cincuenta años de la vida pública y privada dominicana. Todos los rasgos y fórmulas de esta comedia humana memorial, plantean la problemática de una política de la interpretación, a la vez que una poética de la memoria social entendida desde una época y una épica del Estado y la sociedad dominicanos.

En Materia Prima el autor habla también desde una travesía de vida y de muerte que asegura el marco híbrido, combinatorio y “acontecimiental” de la novela. Las imágenes de vida, así como los Modi operandi y Modi significandi de la vida misma en contexto de alteridad, movilizan acciones cardinales, procesos de desarticulación y degeneración puestos en bordes y centros por Veloz Maggiolo.

Escrita entre la crónica, la memoria, la misiva y el informe, dicha obra propicia una técnica textual que ha marcado la narrativa de Veloz Maggiolo,   a partir de Judas, El Buen Ladrón (1962), La vida no tiene nombre (1965), De donde vino la gente (1978), La Biografia difusa de Sombra Castañeda (1980), El Jefe iba descalzo (2005), Uña  y Carne, Memorias de la Virilidad (1999) y La Mosca Soldado (2004). El narrador particulariza un tipo de textualidad recesiva y testimonial, constitutiva de un Corpus literario fundamental para entender la psicología sociocultural dominicana de la modernidad.

Las referencias literarias y culturales que utiliza el autor (música, pintura, literatura, religión, política) hace de Materia Prima un texto polifónico y un íntertexto abierto a una cultura  plural que el escritor asume como parte de un proyecto identitario universalista y puesto contacto con realidades “chocantes” de este y otros espacios de manifestación y lectura.

El reflejo de una institución social y política atravesada por la imagen del dictador, aparece en esta obra como escritura del resistir y la resistencia, toda vez que la fluencia narrativa y memorial quiere preservar y sobre todo, textualizar el recuerdo mediante personajes que han quedado como ejes de vida y muerte, de narradores y narratarios en conflictos (La Mosquita, La Inodora, Don Eusebio Santana, Manolo convertido en Ariel, Emilia, Laura, Juan El Carretero, Coronel Alberto Guzmán…).

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