Materia prima que nadie conoce pero todos quieren comprar

Materia prima que nadie conoce pero todos quieren comprar

Thomas Biesheuvel y Jesse Riseborough Danielle Bochove

Las minas y las acerías del mundo se devaluaron tanto durante la caída de las materias primas que los dueños regalaron algunas de ellas por las dificultades de reducir los costos o la deuda. Pero hay por lo menos un metal que atrae mucha atención.
El niobio –metal cuyo nombre deriva del de una diosa griega que es símbolo de la madre doliente- se usa para producir un acero más fuerte y liviano para las tuberías industriales y las piezas de aviones. Se extrae en sólo tres lugares de la Tierra y el precio de cada kilogramo es siete veces más alto que el del cobre.

China Molybdenum Co. el mes pasado superó a por lo menos quince compañías para comprar la división de niobio y fosfato de Anglo American Plc en Brasil tras acordar pagar US$1.500 millones, o 50 por ciento más de lo que esperaban los analistas. La locura adquisitiva de que fueron parte Vale SA, Apollo Global Management LLC y X2 Resources puso de manifiesto el creciente atractivo del mercado de este metal blando y plateado del que muchos expertos no saben demasiado, mercado que podría tener un valor de US$4.000 millones.

“Yo no sabía qué era el niobio y hacía veinte años que estaba en la industria de los minerales cuando se me presentó la oportunidad”, dijo Craig Burton, presidente de Cradle Resources Ltd., que intenta desarrollar el proyecto de niobio de US$200 millones de Panda Hill en Tanzania. “Tuve que abrir la tabla periódica para constatar que era uno de los elementos. Decididamente se trata de un espacio boutique”.

El niobio es difícil de encontrar y de valuar. Más del 80 por ciento del suministro mundial proviene de una compañía -Companhia Brasileira de Metalurgia & Mineração de Brasil-. Metal Bulletin Ltd., que publica los precios de metales tan desconocidos como el bismuto y el germanio, dice que no hay suficiente liquidez como para dar el del niobio.

El metal promedió alrededor de US$40 el kilogramo el año pasado, según Cradle Resources, que tiene su sede en Perth, Australia. Una cantidad equivalente de cobre en la Bolsa de Metales de Londres costaba unos US$5,49. La demanda mundial de niobio es de entre 90.000 y 100.000 toneladas métricas anuales.

Lo que hace tan atractivo el negocio es que hay pocas minas en funcionamiento. Las de Anglo y Niobec representan aproximadamente el 9 por ciento de la producción, y CBMM de Brasil provee el resto, según Argonaut Securities Pty. Tanto EE.UU. como Europa consideran al niobio un mineral de importancia estratégica.

‘Negocio muy singular’. “El niobio es un negocio muy singular”, dijo Kalidas Madhavpeddi, que dirige la división CMOC International de China Molybdenum, cuya sede central se encuentra en Luoyang, China. “En general, queremos comprarle a gente que lamenta vender. Hemos puesto mucho cuidado en reunir fondos previendo que pueda producirse una caída en la industria”.

CBMM, controlada por la familia multimillonaria Moreira Salles, domina la mayor parte de la oferta desde que inició sus operaciones hace cinco décadas. Vendió una participación del 30 por ciento a un grupo de siderúrgicas asiáticas en dos transacciones valuadas en US$3.900 millones en 2011.

En otra operación, Magris Resources Inc., fundada por el ex CEO de Barrick Gold Corp. Aaron Regent, acordó pagar US$530 millones por la mina Niobec de Canadá en 2014.

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