Maternidad y niñez en peligro

Maternidad y niñez en peligro

La madre naturaleza ha premiado a la mujer con uno de los regalos más hermosos y bellos que alguien pudiera imaginarse; me refiero al don de la maternidad. El acto de la fecundación y la posterior implantación del producto en la cavidad uterina acarrea un riesgo de aborto natural calculado en aproximadamente un veinte por ciento.  Los chequeos prenatales son de una importancia capital para la prevención de complicaciones que puedan poner en peligro tanto la vida de la madre como la del feto.

Se calcula que más del 95 % de nuestras mujeres dan a luz en hospitales y clínicas.  De modo paradójico observamos un elevado índice de mortalidad durante el embarazo  y el parto. ¿Cuáles son las razones para que se nos mueran tantas mujeres? Evidentemente que son varios los factores de riesgo que contribuyen a subir dicha tasa de muerte. Entre ellos podríamos citar la temprana edad en que las adolescentes se embarazan, la baja educación sanitaria de la población femenina, los niveles de pobreza imperantes en el país, así como la cuestionable calidad de los servicios médicos que ofrecen las instituciones públicas y privadas de la nación.

La enfermedad hipertensiva del embarazo, las hemorragias y las infecciosas son causas reales que penden como espada de Damocles alrededor del cuello de las parturientas dominicanas. Es alto el número de autopsias en las que comprobamos esta triste realidad. Es por eso por lo que nos hemos sentido en el deber de hacer un llamado abierto, para que las partes envueltas en tan delicado asunto redoblemos los esfuerzos, a fin de reforzar los programas de vigilancia epidemiológica y así cumplir con el compromiso de reducir los fallecimientos maternos. Resulta inaceptable que en pleno siglo XXI el salir embarazada signifique un grave peligro para una mujer humilde de República Dominicana.

De igual manera, duele en el alma contemplar la cantidad de decesos prevalente en la población infantil. La prematuridad y el bajo peso al nacer, acompañado de las infecciones neonatales son responsables de la mayoría de las defunciones neonatales. En la niñez vemos cómo la desnutrición, las infecciones gastrointestinales debidas a bacterias presentes en el agua y los alimentos, conjuntamente con las afecciones respiratorias,  constituyen entidades que agregan cruces a los cementerios infantiles.

Hemos venido observando con preocupación un incremento en el número de haitianas que van a morir a los hospitales dominicanos. Lo deteriorado del estado de salud con el que ingresan estas mujeres, aunado a la barrera del idioma y lo limitado de los recursos disponibles potencializan los desenlaces fatales en estos casos. El reciente terremoto acaecido en Puerto Príncipe va dolorosamente a incidir de modo negativo en las estadísticas de mortalidad materno infantil nacional. La pobreza, la poca educación en salud, lo limitado de nuestros recursos económicos, sumado a la  presente situación sanitaria haitiana están disparando los de por sí ya altos parámetros de muertes materno infantiles. Soy de los que creen en el dicho popular de que guerra avisada no mata soldado, y si lo mata es por descuidado.

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