Matices en la legitimación de la violencia de género

Matices en la legitimación de la violencia de género

La violencia de género en nuestro país es un hecho permanente y frecuente en las distintas familias y hogares. La mujer es golpeada, maltratada y muchas veces asesinada por su cónyuge o ex cónyuge con mucha frecuencia, siendo una de las principales causas de muerte de las mujeres la que le provocan sus cónyuges o ex cónyuges. 

La legitimación de la violencia de género es una realidad en los discursos de las personas en distintas comunidades. El eje principal del discurso que justifica la violencia es el de considerarla un “castigo” que se merece la mujer cuando ella “actúa mal”, porque el marido tiene autoridad y poder sobre ella.

Esto lo podemos identificar en expresiones que encontramos en muchas personas como las siguientes: “Si la mujer es infiel se buscó que el marido le pegue”. “Imagínate un hombre que sale a trabajar y deja a la mujer en su casa y él llega y encuentra que ella tiene a los hijos sin bañar, y que no le ha dado su comida, se lo busca, le tiene que dar su bofetá”.

 “Ella lo dejó y se buscó otro hombre, el pobre hombre se quedó solo y la rabia no lo dejó tranquilo, por eso la mató, la mujeres se buscan las cosas”.

Estos elementos de justificación de la violencia como castigo se fundamentan en unas relaciones de amor-violencia que se tejen desde la infancia, padres y madres les pegan a sus hijos “porque los quieren”. Muchas mujeres que han sido golpeadas por sus cónyuges se sienten culpables por provocar la violencia y justifican los golpes con la visión de que “me pega porque me quiere”.  El miedo que ha creado la relación con el cónyuge inmoviliza a la mujer e inhibe su capacidad para defenderse, denunciarlo o romper con su condición de víctima.

En la sociedad dominicana a pesar de que hemos logrado avances significativos en la legislación contra la violencia de género esta se reproduce continuamente porque forma parte de una lógica social que la fortalece. Una masculinidad que se construye desde el ejercicio del poder del hombre sobre la mujer en forma violenta con fuerte vigencia en el imaginario masculino y femenino.

La ruptura con la violencia de género solo será posible cuando se intervenga en las pautas culturales que la sostienen. Tenemos que desmontar el discurso legitimador de la violencia de género presente en hombres y mujeres y lograr que  la mujer víctima se empodere y demande equidad en las relaciones de pareja.

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