Matrimonio infantil es una expresión de violencia

Matrimonio infantil es una expresión de violencia

En la República Dominicana la aceptación social, la pobreza y la violencia intrafamiliar son los principales factores que inciden en el matrimonio infantil y las uniones tempranas, afirmó Rosa Elcarte, representante del Unicef en el país.
Al hacer la observación en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio destacó que, aunque en la sociedad dominicana hay una especie de tolerancia con ese tipo de uniones, para el Unicef están catalogadas como una de las peores formas de violencia.
“En el país hay una ley que indica que todos aquellos adultos que tienen relaciones sexuales con menores y les llevan cinco años de diferencia cometen un delito, pero a una parte importante de las jóvenes que tienen relaciones con adultos estos les llevan entre cinco y diez años.
“En las entrevistas muchas de ellas refieren que una vez tienen esas uniones son objeto de maltratos, violaciones, explotación sexual, y hemos visto hasta casos de homicidios”.
Al hacer esos planteamientos Elcarte se pregunta qué es lo que hace que en un país se produzca esta situación.
La respuesta la tiene ella misma: “la pobreza, el hecho de que la niña quiera salir de esa pobreza y fundamentalmente, sobre todo las menores de 15 años, cuyos padres intentan negociar o recibir pagos del adulto a cambio de aceptar la relación”.
Esto se da más en zonas rurales, y cuando los niveles educativos de la joven y de los padres son muy bajos, explicó al señalar que otras niñas salen de sus casas para escapar de la violencia intrafamiliar o de la explotación laboral.
Otro factor cultural que, a su juicio, empuja a las adolescentes a tener una unión temprana es que la madre y la abuela se hayan casado prematuramente.
“También hay una clara desigualdad de género porque en estas familias el chico de 15, 16 o 19 años tiene tres o cuatro novias y no lo echan de su casa, más bien se lo celebran. Sin embargo, cuando es una jovencita en determinados lugares la sacan de la casa”.
Un elemento imperceptible que aparece como causa de las uniones tempranas es la idealización que tienen muchas niñas sobre el matrimonio, al considerarse importantes y realizadas solo si están casadas, explicó la representante de Unicef.
“Es una forma de sentirse adultas, y esto va ligado también con un componente de enamoramiento ligado a una dependencia económica y afectiva que las lleva a aguantar todo.
“Hay que revertir culturalmente el amor romántico de las niñas en ese aspecto, y también en la masculinidad abusadora que tiene una parte importante de la población dominicana”.
Lo que dicen las estadísticas. El grupo que más acumula las violaciones de derechos son las adolescentes de las zonas más pobres, y entre estas las que son explotadas sexualmente, violentadas en sus casas, embarazadas, y las que terminan en matrimonio, dijo la experta.
De acuerdo con los datos presentados por la representante del Unicef, en el país el 36% de las jóvenes menores de 18 años ya están unidas maritalmente, “y esa es una cifra muy elevada, pues el promedio en América Latina es 25%”.
Elcarte expresó además que “el 60% de las niñas más pobres están ya en uniones tempranas, así como un 12% de las que tienen menos de 15 años. Esta es una de las cifras más más altas del mundo, solo comparable con Burquina Faso, en África”.
Esos datos aparecen en el estudio Impacto Económico del Matrimonio Infantil y las Uniones Libres, presentado por Unicef en agosto pasado.
En ese informe también se establece que Pedernales, Independencia y Montecristi, ubicadas en la franja fronteriza, son las provincias del país que acumulan las cifras más altas de uniones tempranas, con una media de 45%.
Además, que el 65% de las adolescentes, entre 15 y 17 años, tienen parejas que son cinco o más años mayores que ellas.
En el estudio también se señala que el 5% de las adolescentes y jóvenes, entre 15 y 19 años, ha sido víctima alguna vez de violencia sexual ejercida por su esposo o compañero, y el 22% del mismo segmento ha sido víctima de violencia física o sexual por parte de su pareja en algún momento.
En cuanto a la fecundidad, un 53% de las adolescentes sí querían quedar embarazadas, aunque el 47% no.
Recomendaciones. Para revertir las prácticas descritas y las estadísticas que se convierten en un círculo vicioso de la pobreza hay que trabajar directamente con las niñas y adolescentes, tanto en el hogar como en la escuela y otros ámbitos, expresó Elcarte.
En ese sentido destacó que se debe trabajar su autoestima, la autonomía y la formación.
Impacto económico. Elcarte afirmó que las uniones tempranas también tienen un impacto económico en la vida de las adolescentes, sobre todo porque las responsabilidades del hogar y los hijos les impiden terminar los estudios y aprender algún oficio que les permita obtener ingresos.
“Si por el contrario aumentan sus niveles de estudios y consiguen trabajos menos precarios podrían aumentar sus ingresos económicos”.
En ese contexto en el referido informe se plantea que “aunque no es factible valorar en términos monetarios todos los costos asociados con el matrimonio infantil y las uniones tempranas, se han estimado los costos para algunos de los mayores impactos de esa práctica, o beneficios equivalentes que pudieran derivarse si se le pone término. “Los costos estimados se relacionan con los impactos en la fecundidad y el crecimiento poblacional, así como con la educación y los ingresos, ya que también estas son las áreas donde se han observado los mayores impactos.
“En algunos casos, se estimaron las ganancias inmediatas asociadas con poner término al matrimonio infantil, así como ganancias a más largo plazo, específicamente tomando en cuenta los beneficios que podrían acumularse al 2030”.

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