El matrimonio infantil y las uniones tempranas tienen raíces culturales muy arraigadas en nuestro país.
En estudios que venimos realizando en distintos contextos (rural, urbano-marginal) y diferentes provincias del país (Vargas 1998) (Vargas 2014) (Vargas 2018) se plasman distintas causas como son:
a) Salida de círculos de violencia intrafamiliar. Muchas familias son escenarios de violaciones de derechos hacia niños, niñas y adolescentes, violencia física y sexual. La estrategia de ruptura utilizadas por niñas y adolescentes es irse a vivir con otros familiares, amigas o novios.
b) Legitimar las relaciones sexuales. Están prohibidas las relaciones sexuales en el sexo femenino antes del matrimonio en las familias, existen y se desconocen. El permiso es matrimonio/unión, aplicado por las adolescentes para ser aceptadas socialmente.
c) Expulsión de sus hogares por tener sexo o por “andar en la calle”. La expulsión de adolescentes de sus hogares tiene como principal razón la posible sospecha de relaciones sexuales por salidas a divertirse o rumores. Las familias entienden que cuando una niña o adolescente tiene sexo pierde su honor, solo se recupera si el novio se la lleva y la mantiene.
d) Normalización del matrimonio, “casarse” o “irse”. El noviazgo debe durar poco y en consecuencia casarse es la meta, acompañada con la visión de que hay que tener hijos siendo joven.
e) Masculinidad basada en el permiso a disponer de los cuerpos de las niñas y adolescentes con legitimación social y visión de las “menores” como trofeo de la virilidad.
Las violaciones de derechos de la niñez y adolescencia en las familias acompañadas con la ausencia de comunicación y orientación entre familias y sus hijas sobre su realidad socio-afectiva y sexual son provocadoras del matrimonio infantil y uniones tempranas.
La desconfianza en las hijas desde su niñez, la represión a su diversión y recreación y las desigualdades de género presentes en las que los hijos tienen libertades y permisos que se les niega a sus hijas, provoca la búsqueda del matrimonio y la unión como una salida y ruptura.
Esto acompañado de la aceptación del ejercicio de poder masculino sobre niñas y adolescentes.
El anuncio de la promulgación de la ley que prohíbe el matrimonio infantil y la conformación de un gabinete de la niñez y adolescencia presidido por la primera dama, Raquel Arbaje, y CONANI para prevenir el matrimonio infantil y embarazos en adolescentes es un avance significativo en el abordaje de la problemática.
Se necesitan cambios profundos en el imaginario de la cultura popular con la promoción de los derechos de la niñez y adolescencia, la equidad de género, educación sexual integral, derechos sexuales y reproductivos y nueva masculinidad.