Matrimonios deshechos por la infertilidad

Matrimonios deshechos por la infertilidad

¿Sabes cuántas parejas intentan tener un bebé desde hace más de un año y no lo han conseguido? ¿Sabes cuántas han consultado algún médico para resolver su problema y aún no lo han logrado? Son miles y miles, en el mundo, quienes ansiosamente esperan la llegada de un bebé, su gran sueño.

Cuando sucede esto, la psicóloga Corinne Palatchi, especialista en problemas de la pareja, recomienda consultar a un profesional de la salud mental con experiencia en casos de infertilidad y así explorar los sentimientos relacionados con estas opciones, las ventajas y desventajas emocionales, sociales y familiares.

El camino es difícil y es posible que las parejas que desean a toda costa tener un hijo se sientan confundidas con las diferentes opciones a elegir para combatir la infertilidad.

Muchas parejas lograrán el embarazo con tratamientos médicos y quirúrgicos sencillos, otras requerirán la ayuda de la reproducción asistida, lo cual representa la última esperanza.

Sin importar la dificultad para conseguirlo, lo cierto es que el miedo y la ansiedad estarán siempre presentes ante la posibilidad de un fracaso. Por ello es necesario el apoyo en el manejo de la ansiedad, mediante estrategias para el control del estrés, cambios en el ánimo, sensación de descontrol, tolerancia a la frustración y al fracaso.

Las parejas que requieren utilizar donaciones de óvulos, esperma o embriones, deben considerar las consecuencias psicológicas que esto implica, así como el hecho de no tener un hijo biológico genéticamente compartido.

En casos de donación, la evaluación exhaustiva de la donadora o donador es indispensable; se debe determinar la estabilidad emocional, los problemas psicológicos, antecedentes psiquiátricos, abusos de sustancias, vida laboral, social y sexual.

Es indispensable, -apunta la especialista- hablar arduamente, tanto la donadora como la receptora, sobre las complejidades psicológicas, sociales, éticas y legales que involucra el proceso.

En este largo camino, muchas parejas decidirán no continuar con sus tratamientos sin lograr embarazo, cuando los recursos físicos, emocionales o económicos han llegado a un punto de conflicto y si el problema de la infertilidad ha oscurecido la relación de pareja y afecta de forma adversa la calidad de vida.

Mientras algunas parejas no quieren tomar la decisión y esperan a que otros lo hagan por ellos, como el médico, hay otras personas que buscan la posibilidad de la adopción y le dejan la elección a la institución pertinente o al niño, con la idea de que una vez que sean sus padres adoptivos podrán detenerse a buscar un hijo biológico.

Al final, la decisión de suspender el tratamiento es una responsabilidad que las parejas deben asumir, antes de tomar una decisión definitiva.

Corinne Palatchi afirma que es frecuente que uno de los integrantes esté listo para decidir antes que el otro, lo que también provoca tensión y conflicto.

En ocasiones, las parejas continúan con el procedimiento como una forma de negar las pocas posibilidades de éxito, pues implica dolor y dejar ir el sueño de lograr un embarazo.

Para lograr una decisión acertada se necesita buena comunicación y honestidad, así como buscar ayuda de un profesional con experiencia en casos de infertilidad.

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