Justo cuando los heterosexuales se alejan cada vez de la institución del matrimonio, muchos homosexuales insisten en casarse legalmente y formar familia adoptando, buscando vientres de alquiler, donación de semen y otras formas.

Nadie puede negar que el matrimonio está en crisis, algunos lo consideran como decadente, muchas parajes prefieren convivir de manera libre,  sin este tipo de atadura legal, e incluso formar una familia prescindiendo de esta institución establecida durante siglos, pero la comunidad gay entiende y busca  a través del matrimonioque sus miembros puedan constituirse en parejas con reconocimientos legales, con derechos similares a las uniones de los heterosexuales. Parejas homosexuales han convivido durante muchos años sin ningún tipo de protección legal, lo que se considera injusto.

Es por esta razón que muchos heterosexuales piensan que ese colectivo debería  conseguir uniones que les permita la protección debida, sin tener que llamarlo matrimonio, que es lo que ha levantado ronchas, sobre todo en la población católica mundial, que solamente reconoce esa institución formada por un hombre y una mujer que junto a sus hijos forman la familia.

El matrimonio es un sacramento importante para la Iglesia Católica, que ha demostrado no estar dispuesta a que se le vulnere, y tiene armada su artillería para defender el  fundamento de la familia, como acaba de ocurrir en París, donde casi un millón de franceses se lanzaron a los Campos de Marte arropado por el frío invernal, a manifestarse en contra del proyecto de ley  a favor de las bodas gay que había prometido en campaña el presidente François Holland.

Francia, un país que siempre ha tenido fama de liberal,   no se ha atrevido a legalizar las uniones homosexuales a diferencia de España, una de las naciones europeas consideradas con un mayor número de católicos, fue el cuarto país que lo hizo.

En nuestro país, República Domicana, se ha hablado del tema, pero de una manera muy tímida, pues el Gobierno entiende que sería algo muy delicado enfrentarse a la Iglesia Católica, no se atrevió el ex presidente Leonel Fernández, ni el Congreso Nacional, con el asunto de la legalización del aborto, tampoco lo hará, el presidente Danilo Medina, un hombre que cuenta con la estima pública.

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Francia, que siempre ha tenido fama de liberal, no se ha atrevido a legalizar las uniones homosexuales, como España