Max Factor es el hombre creador de estilos de maquillaje que causaron un extraordinario impacto en el mundo moderno, y que junto a la influencia ejercida por las grandes estrellas que usaron sus productos, crearon el «glamour» difundido por el cine, que todas las mujeres querían imitar, y que definió el concepto de belleza en el siglo XX. 

No sólo fue un creador de productos de belleza, también fue el propulsor de la ciencia cosmética, desarrollando numerosas técnicas de maquillaje, tanto para los efectos especiales de la industria del cine, como para toda mujer que ha querido obtener un aspecto bello en todas las épocas.

Esta experiencia en las técnicas de maquillaje ha evolucionado de una manera espectacular, pero este desarrollo se logró a lo largo de muchos años de trabajo. En ese proceso se enseñó el conocimiento del producto cosmético y sus técnicas de aplicación a los consultores de belleza, y esta información está vigente hoy en día, gracias a este revolucionario de la belleza.

Max Factor, pionero de la industria cosmética, y creador de la marca de maquillaje que conocemos hoy en día, nació en el pueblo de Lodz, en Polonia en 1872 y allí se convirtió en maestro peluquero y un artista maquillador del imperio teatral de los zares rusos, desarrollando sus propios productos para el cabello, cremas y perfumes.

El artista del maquillaje emigró a los Estados Unidos en 1904, buscando una oportunidad de abrirse camino en América, y cosechó todo un mundo de éxitos, pues al poco tiempo de instalarse en ese país, abrió una tienda en el centro de Los Ángeles, California, y comenzó a vender perfumes, productos de maquillajes y accesorios para el cabello.

Luego, en enero de 1909 Max Factor fundó su propia compañía, comenzando a desarrollar incontables innovaciones cosméticas, desde la primera base de maquillaje completa hasta la primera máscara de pestañas, lo que marcó una pauta de estilo durante generaciones.

Poco tiempo después se convirtió en la primera persona en producir un maquillaje diseñado especialmente para la industria del cine, y de esa forma en 1914 perfecciona un cosmético teatral en forma de nata líquida, una fórmula que era más delgada y flexible que todos los maquillajes disponibles para la época.

Los primeros artistas en usar este nuevo y revolucionario producto, bajo la dirección de MAX FACTOR, fueron Lucille Ball, Jean Harlow y Charlie Chaplin, personajes que provocaron un gran impacto en el séptimo arte, y que influyeron en el notable desarrollo del maquillaje en las películas, convirtiendo esta práctica en el «glamour» del momento.

1916 vio la gama de la sociedad de Max Factor difundir sus productos para el mercado común. Así, el maquillaje de los estilistas se hizo disponible para todo el mundo, y Max Factor consiguió estrellas como Elizabeth Taylor y Jean Harlow que lo promovieran. Esta se convirtió en la primera campaña para la comercialización de una marca de maquillaje que se realiza en la historia de la humanidad.

 Después de esa etapa, para el año 1928, comenzaba a desarrollar a la perfección el tipo de maquillaje Panchromatic, que permitió a la industria del cine sacarle el máximo provecho estético a los rostros, ya que este producto neutralizaba los efectos de sensibilidad a la luz y la sombra de los rostros en la pantalla grande. Este logro produjo que Max Factor recibiera un Oscar ese año.

Luego vino el desarrollo de las películas a colores, y Max Factor volvió a trabajar en su laboratorio, con el objetivo de lograr una fórmula que quitara el brillo y el destello que causaba la fuerte iluminación usada en las filmaciones en la cara de los actores de las películas.

Este hecho produjo el lanzamiento a la industria del maquillaje una fórmula con un hermoso color mate llamado «Pan Cake», que proporcionaba a los actores una imagen que no causaba destellos. Este producto aún está disponible en la marca y es una de las bases más vendidas.

Nueve meses más tarde esta fórmula fue lanzada al gran público, convirtiéndose en el producto de maquillaje de mejor calidad y más vendido en la historia de los cosméticos en el mundo.

En los años 60 Max Factor lanzó productos diseñados para satisfacer los últimos gritos de la moda, como las promociones de uso de pestañas artificiales, del lápiz de ojos fluido, del primer lápiz de sombra de ojos, además de la máscara a prueba de agua y las almohadillas removedoras del maquillaje de los ojos.

Creó  en Hollywood los «looks» de algunas de las estrellas de cine más influyentes, incluyendo los labios de Rosebud, y la barra de labios Cupid’s Bow en los años veinte, también los labios de Hunter’s Bow para Joan Crawford en los años treinta, la primera máscara de pestañas para la estrella del cine mudo Phyllis Haver, y la exaltación y énfasis en los ojos de la hermosa Bette Davis.

Por todos estos logros, en la actualidad la marca Max Factor tiene como slogan ser «El Maquillaje de los maquilladores», dado que la marca empezó a forjarse en las grandes superproducciones de Hollywood de principios del siglo pasado, donde hoy día trabajan algunos de los maquilladores de mayor prestigio del mundo.

Max Factor murió en 1938 y fue enterrado en el cementerio Hillside, en la ciudad de Culver en California, pero el legado de su empresa ha sido continuado por sus cuatro hijos, bajo el liderazgo de su hijo mayor, Max Factor Junior.

Después de su muerte, la marca de cosméticos Max Factor ha continuado aproyando las grandes producciones cinematográficas de Hollywood, entre las que podemos destacar: Memorías de una Geisha y Casanova.