Máximo A. Rodríguez Lorenzo, su padre le enseñó
el valor de la honestidad

Máximo A. Rodríguez Lorenzo, su padre le enseñó <BR>el valor de la honestidad

POR NELLY RAMÍREZ
Cuando le referimos a su progenitor -Luis Arcadio Rodríguez Cabral- descubrimos a un ser humano con gran arraigo familiar y con la sensibilidad de un niño, quien al recordar a su padre, sus ojos se inundaron de lágrimas, y su voz se escuchaba entrecortada.

Y es que cuando Máximo A. Rodríguez Lorenzo habla de su padre, fallecido, sus recuerdos lo invaden de nostalgia, y más en estos momentos de su vida en los que quisiera compartir con él sus logros profesionales y familiares, obtenidos gracias a los valores inculcados desde niño.

Cuando al fin libera sus emociones, Máximo remonta sus pensamientos a aquellos tiempos junto a él, definiéndolo como un gran trabajador, gran padre, y a quien por su ida a destiempo de este mundo no pudo retribuir su esfuerzo y amor que le dio a su familia en vida.

De la misma manera habla de su madre, Maximina Lorenzo, a quien define como una mujer emprendedora y tesonera. Recuerda con agrado su niñez junto a ella, cuando la ayudaba en el comedor que tenía en El Seibo, donde expendían comida a toda la comunidad.

Relata que siendo un mozalbete de unos 13 años tenía la responsabilidad de distribuir las cantinas de comidas a las casas que demandaban el servicio a domicilio. «Recuerdo esos tiempos con gran regocijo y satisfacción de ayudar a mi madre. Fueron unos años muy bonitos que viví en mi pueblo natal».

Su honestidad, seriedad y logros en la vida lo agradece a sus padres, de quienes afirma le enseñaron valores que le han servido para transitar el camino que le ha tocado, y mantenerse firme.

Su sensibilidad humana la refleja cuando se enfrenta a las precariedades que a diario encuentra a su paso, la que evidencia en el Parque Mirador Norte, que administra desde el pasado año, donde ha incluido una serie de servicios que benefician a los moradores de las comunidades aledañas, tales como unidades médicas especializadas.

«Mi mayor disfrute es ayudar a los demás. Yo disfruto más cuando ayudo a alguien que cuando estoy en un resort. La sensibilidad humana, la seriedad y la honestidad no se adquieren en la universidad, eso viene de la ‘teta’ «.

Un día normal de Máximo A. Rodríguez Lorenzo inicia a la 6:00 de la mañana con el llanto de sus pequeños en la cuna, quienes le piden «tete», que en su lengua infantil significa leche, lo que hace gustoso.

Luego que atiende el clamor de sus «debilidades», como define a sus hijos, lee los periódicos y se prepara para irse al Parque Mirador Norte, donde permanece todo el día hasta llegada la noche.

Es un hombre con una gran vocación de trabajo, la que afirma heredó de sus padres, él un agricultor agnegado y ella, propietaria de un comedor de expendio de comida.

Como padre y esposo dice estar viviendo su mejor momento, porque Dios le ha premiado con un par de gemelos: Máximo Antonio y Leyda Dashiel, los que considera como «una bendición de Dios, son mi debilidad, mis pequeños retoños».

«Soy un padre inmensamente feliz que vivo cada instante de mis hijos, lo que más disfruto es la bienvenida que me dan cuando llego en la noche a casa, nunca se duermen hasta que no llego. Y los domingos, el varón me dice: ‘papi campito’, queriéndome decir que vayamos a nuestro paraíso, un gacebito que tengo en la montaña a 600 metros de altura, localizado en una región llamada Neniso, en Azua, con un pequeño jardín frutal y una vista hermosa, rodeado de vegetación. Allí me siento libre de todo, desconectado del mundo, sin secretaria, sin celular, sin nada que me preocupe».

Máximo A. Rodríguez Lorenzo es un seibano orgulloso de sus raíces, que recuerda con añoranza sus vivencias en ese pueblo. «Aún conservo hermosos recuerdos y amigos del colegio donde estudié, y no pierdo la esperanza de volver a visitarlo algún día, porque allí viví momentos muy bonitos.»

De la sociedad le preocupa el cambio de valores, el rumbo que está tomando la juventud, el cambio del trabajo honesto por la «buena vida». «Pese a todo esto, lo que aún nos distingue de los demás países son esos arraigos familiares. Debemos conservar nuestras tradiciones familiares, porque cuando hay familia hay valores y no debemos perderlos, la transculturización es algo que nos está afectando mucho, al igual que la droga y la delincuencia, es necesario que las personas que tenemos la oportunidad de dirigir instituciones públicas o privadas aunemos esfuerzos para concienciar a nuestra juventud».

EN EL PARQUE MIRADOR NORTE

Desde su designación el 3 de septiembre de 2004 como administrador general del Parque Nacional Mirador Norte por el presidente Leonel Fernández Reyna, Máximo A. Rodríguez Lorenzo ha ejecutado diversos programas de reestructuración y remozamiento de las instalaciones físicas y los recursos naturales de este pulmón de la Capital.

Dice sobre éste, que no era una excepción a la situación por la que atravesaba el país para entonces, sino que tenía grandes precariedades como en toda la geografía nacional. Todas las atracciones, tales como bicicletas, botes, pedalones, caballos, canchas de baloncesto y cafeterías estaban paralizadas, rompiendo así la meta y objetivos con la que fue creado como reserva natural.

Es por ello que en los primeros siete meses de su gestión, el funcionario ha estado inmerso en un amplio programa de rescate del centro ecológico de la zona Norte. «En estos meses nos hemos abocado a rescatar el parque en toda su estructura, y hoy además de las áreas que existían antes, contamos con otras de gran beneficio para toda la comunidad de la región, tales como un vivero recién inaugurado, una unidad médica, un centro odontológico y cafeterías en las seis puertas de entrada al parque».

«La visión que hemos dado a este lugar es la de un club, donde todas esas personas que no tienen la facilidad de accesar a estos centros culturales y de recreación por su alto costo tengan espacio abierto para recrearse con su familia».

ANIVERSARIO

Con motivo del noveno aniversario de la fundación del Parque Nacional Mirador del Norte el 11 de julio de 1996, tanto el administrador como todos los empleados estuvieron inmersos en una serie de actividades de remozamiento y promoción, como la creación de la revista Yaguaza y la página web interactiva www.parquemiradordelnorte.gov.do. con lo que Máximo A. Rodríguez se siente muy contento, puesto que es una manera de proyectar toda la belleza del parque, así como datos de gran importancia sobre los recursos naturales.

Precisa el funcionario, que de una longitud aproximada de diez kilómetros cuadrados que tiene el parque, dividido en seis puertas de entrada, cada una con atractivos diferentes, han incluido el bufé dominical del restaurante «La Cotorra» a un módico precio de RD$252 para los adultos y a mitad de precio para los niños. «Nuestro interés es que cualquier ciudadano pueda accesar a un restaurante de categoría y comer a precio de colmado o pulpería».

También tienen el gran atractivo del lago Yaguaza, dotados con gazebos alrededor para celebrar bodas, cumpleaños y otros eventos familiares en una agradable vista natural, señaló el administrador del parque.

«Nuestro objetivo es que el Parque Nacional Mirador Norte no sólo sea matas y flores, sino una amplia gama de atractivos para toda la familia, con horario desde las 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, con un costo de entrada simbólica de RD$10 adultos y RD$5 los niños. En lo adelante les colocaremos un brazalete que los identifique como visitantes del parque».

Al terminar mi misión en el parque quiero dejar sentado el precedente del trabajo y la responsabilidad, y que me recuerden como un funcionario que cumplió con su deber».

PERFIL

Máximo A. Rodríguez Lorenzo nació en El Seibo. Es abogado, periodista y actualmente cursa una licenciatura en Medio Ambiente.

Sus padres son Luis Arcadio Rodríguez Cabral (fallecido) y Maximina Lorenzo. Sus hermanos son: Mireya, Mayra, Yocasta, Andrea, Senobia, Miguel y Bienvenido.

Está casado desde hace diez años con Leyda Annerys Pérez Fernández, con quien ha procreado a Dhaira Mabel y a los gemelos Máximo Antonio y Leyda Dashiel.

Sus hijos mayores son: Geovanna Gisselle, Markc Anderson, Paola Nashary, Jesús Rainiers y Sheidy Yhanmeiny.

Estudios Los primarios los realizó en el Colegio Nuestra Señora del Rosario, los secundarios en los cursó en el Liceo Sergio Augusto Veras de El Seibo, y el último año en el colegio Padre Billini, de la Zona Colonial, Santo Domingo.

En la Universidad Central del Este se invistió de licenciado en Derecho, en 1990.

Realizó una especialidad en Derecho Judicial en la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), así como estudios de periodismo en el Instituto Dominicano de Periodistas.

La motivación de estudiar periodismo le nace porque tiene proyectado escribir dos libros y quería tener las técnicas de redacción.

Tiene también un diplomado en Derechos Humanos, y actualmente está cursando una licenciatura en Medio Ambiente, así como una maestría en Administración Pública, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, avalada por la Universidad de Utah.

A CORAZON ABIERTO

Hora del día: cuando llega a la casa y puede compartir con su familia.

Día de la semana: todos los días son iguales, pero me agrada mucho el domingo, porque es cuando tengo la oportunidad de compartir con mi familia.

Comida preferida: las carnes.

Bebia: el vino tinto.

Aroma: a tierra mojada.

Lectura: todo lo que llega a mis manos, pero en especial Paulo Coelho.

Música: toda, depende del ambiente en el que se encuentre.

Se autodefine: como muy sensible.

Se identifica: con la palabra solidaridad.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas