El sector turismo representa aproximadamente el 10% del producto interno bruto de la República Dominicana y como área importante de nuestra economía ha tenido un crecimiento anual que ronda el 5%. Nuestro mercado turístico tiene una oferta superior a las 68 mil habitaciones con una tasa de ocupación promedio al año de 70%, acercándose al 100% en las temporadas altas.

El turismo dominicano permite que más de 195 mil empleados directos e indirectos participen en la creación de riquezas nacionales a través de este pujante sector, que para este año presenta un incremento en la llegada de turistas de un 7% con relación al período enero-septiembre del 2011.

Estos resultados positivos que exhibe la nación en el sector turístico no son producto de la improvisación, ni mucho menos han surgido de manera espontánea, sino que responden a estrategias de promoción, desarrolladas de manera tal que permitan mostrar lo mejor de nuestra gente, tierra y cultura en otros países, para así atraer los turistas que día a día nos visitan. 

Desarrollar planes de promoción para nuestro turismo cuesta mucho y más aun cuando nuestra competencia en la región ya sabe que los dominicanos somos el adversario a vencer en esta industria.

Por eso vemos con mucho asombro que conociendo la importancia de ese sector para nuestra economía, se pretenda reducir el presupuesto del ministerio de turismo correspondiente al año 2013, de hecho, el monto que se ejecuta en este año, mil 25 millones de pesos, es inferior al del 2004 cuando la asignación fue de mil 950 millones de pesos.

La manera más eficiente de presupuestar es colocando los recursos en las actividades que presenten mejor tasa interna de retorno, y en el caso del turismo, por cada dólar que el Estado presupuesta, le ingresan más de 190 dólares.