El ahorro es considerado en algunas sociedades como una virtud moral y los economistas un consumo diferido, pues usted sacrifica consumo en el presente para contar con un flujo de intereses y recursos para el futuro, a su vez esos ahorros son canalizados por los intermediarios financieros para préstamos personales, hipotecarios, al comercio o a los sectores productivos; en nuestro país los intereses pagan el 10% y el proyecto de reforma fiscal pretende darle un tratamiento de ingreso cuya tributación sería igual al pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR)
Hay familias con adecuados salarios y bonificaciones que han pagado el Impuesto Sobre la Renta sobre sus ingresos y deciden ahorrar a lo largo de muchas décadas y contar con un flujo de intereses que al momento del retiro sea equivalente a una pensión. Esa persona ya retirada va a vivir de los intereses; de aprobarse lo contemplado en el proyecto, ese retirado deberá tributar una tasa que podría ser desde 15% a 27% dependiendo del monto de los intereses.
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Es el caso de dominicanos que regresan de retiro a su patria añorada, compran una casa (quizás ahora pagaran el IPI), abren certificados para alimentar sus ingresos con esos intereses; también ellos deberán acogerse a un régimen que castiga el ahorro dándole un tratamiento de ingreso salarial.
Puedo citar un ejemplo. Una persona que disponga de RD$25 millones en certificados, al nivel actual de los intereses, podría estar recibiendo RD$2.5 millones anuales; debería pagar de ISR la suma de RD$489,995 en vez de los RD$250 mil actuales, equivalente a un aumento de 49%, si recibe ingresos de otras fuentes se dispara en el tramo del 27%.
El ahorro de miles de personas en los intermediarios financieros permite a estos canalizarlos a diferentes sectores lo cual estimula la actividad económica y no es accidental que el Banco Central cuando percibe una ralentización del crecimiento acude a estímulos monetarios para abaratar los préstamos y estimular la demanda agregada.
De aprobarse, los depositantes sofisticados van a cancelar sus certificados los convertirán en dólares y adquirirán instrumentos en los EE. UU. donde los extranjeros no residentes están exentos del pago de impuesto por los intereses, esto implica fuga de capitales y mayor presión a un tipo de cambio cuyo crecimiento ha sido frenado, cíclicamente, gracias a las inyecciones de miles de millones de dólares al mercado cambiario por parte del Banco Central.
Otros depositantes van a cancelar sus certificados y acudirán a los puestos de bolsa donde podrán adquirir instrumentos del Ministerio de Hacienda libre de impuestos; los del BC como pagan el 10% caerán en la categoría de abono a cuenta y los adquirientes de estos instrumentos exigirán mayores tasas, lo cual incrementará el déficit cuasi fiscal y la deuda.
Los depositantes menos informados colocarán sus recursos en las cooperativas de ahorros y préstamos, que no están reguladas y otros acudirán al mercado informal o donde los tantos “mantequilla” que les ofrecen tasas altísimas en un esquema piramidal donde perderán sus ahorros.
Un mayor gravamen, dándole categoría de ingreso salarial y aplicarle el ISR, representa un desincentivo al ahorro, a la bancarización y va a provocar retiros masivos en las entidades financieras, incluso a las que disponen de puestos de bolsa. Confió en que el Presidente Abinader eliminará esta figura impositiva.