Los diputados del PRM y el PRSC que abandonaron, impotentes y frustrados, la sesión del pasado martes ante la imposibilidad de conseguir los votos necesarios para aprobar la resolución que solicita la interpelación de los miembros de la Cámara de Cuentas, fueron víctimas de la aplastante mayoría mecánica impuesta por el PLD en el Congreso Nacional. La misma mayoría mecánica que ayer impuso la aprobación de las primarias abiertas y simultáneas en el Senado de la República, puesta al servicio del sector hegemónico en el PLD, con residencia en el Palacio Nacional. La bancada del PRM en la Cámara Baja no encontró otra manera de contrarrestar esa mayoría mecánica que abandonar el hemiciclo, como una forma de llamar la atención sobre su utilización, por parte de los peledeístas de uno y otro bando, para impedir que esos funcionarios ofrezcan una explicación sobre el mal uso de los recursos públicos que se les atribuye, desde el grosero e ilegal aumento de sueldo que los ha puesto en la picota pública hasta el reparto de 55 millones de pesos, por concepto de “bonificación”, el pasado mes de diciembre. Pese al retiro de la bancada del PRM y algunos legisladores del PRSC el presidente de la Cámara de Diputados, quien en un alarde de cinismo legislativo reconoció su democrático y constitucional derecho de abandonar el hemiciclo, sometió a votación una resolución que solicita designar una comisión especial que investigue las actuaciones de los miembros del organismo fiscalizador, que como era de esperarse fue aprobada. Desde luego, como no somos tontos sabemos de antemano que la composición de esa comisión reflejará, inevitablemente, la mayoría mecánica peledeísta, por lo que nadie debe sorprenderse de sus conclusiones ni del tufo de impunidad que empiezan a despedir los miembros de la Cámara de Cuentas, que entre cuento y cuento siguen dándose la gran vida a costillas del Presupuesto Nacional.