Mayoría población estima corrupción se generaliza

Mayoría población estima corrupción se generaliza

POR FERNANDO QUIROZ 
El 84% de los dominicanos considera que la corrupción de los funcionarios públicos está generalizada y ocho de cada diez personas entrevistadas opinan que existe una amplia extensión de la corrupción privada.

De acuerdo al estudio la democracia vulnerable: insatisfacción y desconfianza 1994-2004, basado en la Encuesta Nacional de Cultura y Política y Democracia (DEMOS 2004), los diputados y los policías son percibidos como los funcionarios más corruptos.

El estudio, de 310 páginas, fue elaborado por Ramonina Brea, Isis Duarte y Mitchell Seligson de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), el Centro Universitario de Estudios Políticos, Sociales y Demográficos (CESDEM).

Fue realizada en el período de enero a marzo del 2004.

En una escala donde el cero es el máximo del grado del corrupto y el 100 de integridad, los diputados alcanzan 28, los policías 28.1, los secretarios de Estado 30.2, presidentes 33.5, síndicos 34.9, fiscales 37.8, jueces 38.1 y empleados públicos 51.8%.

Otras encuestas DEMOS fueron realizadas en los años 1994, 1997 y 2001. Se llevará a cabo otra encuesta similar en el 2007. Todos estos estudios cuentan con el auspicio de la Agencia Internacional de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID).

La DEMOS 2004 se basa en una muestra aleatoria representativa diseñada para posibilitar la comparación con las DEMOS anteriores y se realizó entre el 20 de enero y 3 de marzo, con un total de 4,40 entrevistas individuales.

A las personas entrevistadas se les preguntó su opinión sobre el nivel de honestidad-corrupción de los presidentes, secretarios de Estado, jueces, diputados, síndicos, fiscales, policías y empleados públicos.

Del conjunto, los dirigentes de los partidos políticos, en primer lugar, y, en segundo lugar, los abogados, son considerados los más corruptos según las personas entrevistadas. Los dirigentes políticos tienen un puntaje de 26 sobre 100.

Los empresarios, conforme a la investigación, tienen una reputación de corruptos al alcanzar un 38%.

Expone que en el decenio 1994-2004, se observa cierto desaliento con respecto a las posibilidades de que la corrupción se “puede eliminar un día», al descender a 26% la consideración que era mantenida por 44% de los entrevistados hace diez años.

Según el trabajo, en la medida en que aumenta la percepción del grado de generalización de la corrupción pública o de la corrupción privada disminuye la proporción que brinda apoyo al sistema político.

CORRUPCIÓN COLECTIVA

La corrupción en el país es un comportamiento mas o menos compartido colectivamente por una parte de los miembros de la sociedad, que cuentan con un sistema de cooperación y de códigos y, además, que ocurre en un entorno de instituciones débiles y de un sistema normativo que «no cuenta» para todos.

Señala que el soborno se interpone al acceso a un servicio público, a la celeridad del trámite, el cual es complicado de manera adrede.

“Muchas veces es una especie de peaje que se ve obligado a pagar si se quiere acceder al servicio o disminuir el tiempo para conseguirlo.

Se indagaron los sobornos ocurridos en el último año en las escuelas, hospitales, ayuntamientos, fiscalía, tribunales, y policías.

EFECTOS

En este trabajo se adopta el punto de vista de que la corrupción duradera erosiona la confianza en la democracia y socava el respeto a las reglas del ejercicio de la misma.

Desde las grandes malversaciones y fraudes de los fondos públicos hasta las recompensas irregulares para influir en el funcionario público, las múltiples modalidades de corrupción tienen serios efectos para la economía y el bienestar de la población.

Eso se explica porque los fondos públicos destinados a fines u objetivos sociales son desviados hacia el enriquecimiento privado.

CREDIBILIDAD

A la corrupción también se atribuye las consecuencias de provocar la pérdida de la credibilidad en el Estado, el gobierno y la administración pública.

Se critica el funcionario que se apropia de fondos públicos u otorga recursos públicos como contratos, decisiones, financiamientos, de manera privilegiada con los fines de obtener beneficios privados.

ALCANCE DEL MACUTEO

Al momento de la procura de servicios públicos, el soborno alcanza el 25% de las personas entrevistadas.

Los más instruidos experimentan con mayor frecuencia el soborno, mientras que los de mayor edad, de 50 años y más, con menos frecuencia.

Muchas veces es una especie de «peaje» al que se ve obligado a pagar si se quiere acceder al servicio o disminuir el tiempo para conseguirlo.

Indica el estudio que los sobornos son mucho más frecuentes en el Distrito Nacional, que es la zona más urbanizada y donde se encuentra una mayor concentración de oficinas gubernamentales. En el Distrito Nacional se verifica el 33% de experiencias directas con la corrupción en contraste con el 20% en la zona rural.

Los hombres son más proclives a ser sobornados que las mujeres, 32% a 19%.

En todos los servicios públicos, con la excepción de la escuela que para este caso no aplica, los más jóvenes, específicamente del rango de edad de 18 a 24 años, tienen el mayor porcentaje de los que tuvieron que pagar o les fue solicitado un soborno.

TRES GOBIERNOS

Los tres últimos gobiernos, reseña la investigación, han enarbolado el combate a la corrupción como uno de sus propósitos. En cada uno de esas gestiones, añade, se han hecho sometimientos judiciales a funcionarios públicos de los gobiernos anteriores, con gran revuelo y efectos noticiosos.

Sin embargo, citan un estudio de Participación Ciudadana que abarca 20 años, 1983-2003, de un total de 207 personas sometidas a la justicia por corrupción, sólo ha habido una condena, a la que siguió inmediatamente el indulto correspondiente.  

POLICÍA/JUSTICIA/SALUD

En la Policía y en los tribunales el soborno es más frecuente. La mayor frecuencia de soborno solicitado ocurrió en la Policía con 27% de los usuarios y el segundo servicio de mayor frecuencia fue el de los tribunales ya que se requirió un soborno a 20 de cada 100 usuarios.

Le sigue la fiscalía con 16% y muy cerca el ayuntamiento con 14 de cada 100 usuarios.

En los hospitales y en las escuelas la frecuencia fue de 13% y 9%, respectivamente. Los usuarios de los hospitales y centros de salud constituyen el 48.5% del total de los entrevistados.

En la Policía son víctimas de soborno las personas de mayores ingresos. De todos los servicios públicos indagados, los casos de soborno policial son los únicos que se dirigen preferentemente a las personas de mayores niveles socioeconómicos, los cuales suman 41% frente a 11%.

SACERDOTES/PERIODSITAS

A la consideración de las personas entrevistadas se les pidió, también, opinión los empresarios, sacerdotes, periodistas, abogados, dirigentes de los partidos políticos y la prensa; de los cuales tres son percibidos honestos: los sacerdotes, en primer lugar, con 68%; la prensa y los periodistas, con 57% y 56%, respectivamente. 

Hace hincapié la publicación, que los sacerdotes, la prensa y los periodistas, juntamente con los empleados públicos, fueron los únicos de toda la serie que gozan de una reputación de honestidad, sin embargo, el grado otorgado no es el de muy honesto, sino solamente de honesto.

AFECTA GESTIÓN

El haber sido sometido a una experiencia directa con la corrupción administrativa afecta negativamente la satisfacción con los servicios públicos básicos, con 74%, que estima de mal el funcionamiento.

La experiencia directa con la corrupción administrativa en las escuelas públicas y los hospitales, afectó la satisfacción con el funcionamiento escolar y los servicios hospitalarios.

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