OTTAWA. AP. El senador republicano John McCain se ha visto afectado por torpezas y controversias que él mismo ha generado en los primeros días de la campaña presidencial.

Basta ver como ejemplo su reciente viaje por  varios estados norteamericanos o a la capital de Canadá. En el curso de una gira de 5 días, logró recaudar más de 10 millones de dólares y comenzó a explicar sus diferencias con el senador Barack Obama,  en materia de política energética.

El martes, McCain criticó a su rival por proponer impuestos a la industria petrolera por ganancias excesivas. El problema era que McCain había dicho previamente que proponía lo mismo que Obama.

Al día siguiente, se reunió con un grupo de hispanos en Chicago. Varios de sus asesores, que mantuvieron el evento secreto, se pusieron a la defensiva horas después de la reunión, cuando un participante criticó algunos de los comentarios de McCain.

El jueves, el senador por Arizona viajó a Iowa, donde expresó simpatías por víctimas de las inundaciones. Pero el evento fue ensombrecido por la aparición del presidente George W. Bush en otra parte de Iowa el mismo día. McCain ha intentado no aparecer junto al presidente, pues teme que su baja popularidad en las encuestas lo afecte en noviembre. El viaje del viernes a Canadá trajo aún más controversias.

McCain llegó en su avión contratado, pero informó a periodistas en el curso de una conferencia de prensa, «no se trata de un viaje de campaña». Durante su visita de seis horas a Ottawa, McCain criticó a Obama, sin mencionarlo, por oponerse al Tratado de Libre Comercio. Eso cayó mal, pues se presume que los políticos estadounidenses no critican a sus adversarios cuando están en el exterior.