McGwire, Sosa y Bonds han revolucionado el jonrón

McGwire, Sosa y Bonds han revolucionado el jonrón

En 1998, Mark McGwire y Sammy Sosa pegaron jonrones en un ritmo que ayudaron a borrar las memorias de una Serie Mundial cancelada y dieron inicio a una de las mayores eras de bateo en un siglo de béisbol.

McGwire, de los Cardenales de San Luis, ese año se convirtió en el primer hombre en disparar 70 jonrones cuando rompió la marca de una temporada de Roger Maris, con 61. Tres años más tarde, Barry Bonds, de los Gigantes de San Francisco pegó 73 para borrar el récord de McGwire. Sosa ha conectado 347 tetrabases desde 1998 con los Cachorros de Chicago.

Desde 1998, 59 jugadores han alcanzado los 40 jonrones en una temporada y 13 al menos han superado los 50. Cinco otros han llegado a 500 cuadrangulares – y es posible que ese grupo elite aumente de 20 a 30 en una década.

El climax estaba marcado para hoy en Houston, en el Juego de Estrellas teniendo en los jardines de la Liga Nacional a Bonds, Sosa y a Ken Griffey Jr. (501 jonrones), la primera vez que tres miembros del club de los 500 jugarían en un mismo equipo. Pero Griffey, afectado por lesiones que le impidieron llegar a 500 antes, se desgarró la corva derecha el sábado en la noche y no podrá jugar, aunque se espera esté con el equipo.

USA TODAY entrevistó 12 de 14 miembros vivientes del club 500 – Bonds y Willie McCovey declinaron – para determinar si los jonrones ahora son demasiado fáciles de disparar y para preguntar si la exclusividad de su club está terminando.

El consenso: El aumento en los jonrones es algo que se espera, dado a que los jugadores de hoy en día tienen acceso a entrenamientos el año entero, dietas más sanas, parques más pequeños, más coaches y pitcheo más débil.

“Ahora se pegan más jonrones porque los muchachos son más grandes y más fuertes”, dice el coach de los Indios, Eddie Murray, quien disparó 504. “Puede que los lanzadores tiren más duro, pero la cantidad de strikes de calidad no son lo que deberían ser.

“Hoy, se ven más jonrones para la banda contraria, lo que deja claro que los parques son más pequeños, pero también los jugadores son más fuertes. Hasta los muchachos chiquitos están más fuertes”.

El inicialista de los Orioles de Baltimore, Rafael Palmeiro (541 jonrones) no cree en las teorías de parques más pequeños o menos pitcheo, pero está de acuerdo en que los peloteros están mejor preparados que cuando llegó a las mayores. Como novato en 1986, con los Cachorros de Chicago, Palmeiro no encontró un gimnasio al que ir después de un partido. Pero sí había muchos jugadores sentados con unas cuantas cervezas.

“Recuerdo que después de los juegos, se sentaban con cubetas llenas de hielo con cervezas”, dice. “No teníamos entrenadores, coach de fortalecimiento y nutricionista como hoy en día… los jonrones no son más fáciles, es solo que los jugadores están mejor preparados”.

El dirigente de los Expos de Montreal, Frank Robinson, quien se retiró en 1976 después de pegar 586 jonrones, está seguro que conectaría más jonrones si jugara en el béisbol de hoy en día. “No quiero poner un número. Probablemente sería demasiado modesto”.

Reggie Jackson (563 jonrones) dice que los jugadores tienen un mejor acondicionamiento, pero esto no quiere decir que sean mejores.

“¿Quién es mejor que Willie Mays, Willie McCovey, Johnny Bench y Joe Morgan? Yo no podría parar”.

¿Pierden brillo los 500?

Griffey es el miembro más reciente del club 500, y Fred McGriff, de Tampa Bay, con 493, espera ser el próximo. Detrás de él hay cuatro hombres con al menos 409 vuelacercas: Jim Thome, de Filadelfia, (409), Frank Thomas, de los Medias Blancas de Chicago (436), Juan González, de Kansas City (434), y Jeff Bagwell, de Houston (430).

A los 33 años, Thome parece un seguro jonronero de 500. Thomas, de 36 años y González, de 34, podrían lograrlo si se mantienen sanos. Thomas (tendonitis en el tobillo) fue a la lista de lesionados el sábado. Bagwell, de 36, necesita 70 pero ha sido retrasado por problemas del hombro los dos últimos años.

Después de eso, es fácil decir que Alex Rodríguez, de los Yanquis de Nueva York (366) y Manny Ramírez, de Boston, (370) se unirán al club. Mike Piazza, de los Metros (374) tiene 34 años y ahora juega primera base, lo que deberá extender su carrera. Gary Sheffield, de los Yanquis, tiene 395 jonrones con 35 años, Carlos Delgado, de Toronto tiene 314 con 31 y Vladimir Guerrero, de Anaheim, tiene 254 a los 28 años.

“Vamos a tener muchos nuevos miembros en el club de los 500”, dice Ernie Banks (512). “En otros 10 años, podríamos tener 10 nuevos hombres”.

Aaron, Jackson y Mike Schmidt dicen que los 500 jonrones han perdido un poco de su caché, pero “midiendo con la misma moneda, 500 cuadrangulares son muchos vuelacercas”, dice Jackson.

“No es culpa de los jugadores”, dice Schmidt, quien estima que si jugara en esta época pegaría unos 10 jonrones más por año. “Es lo mismo en cada deporte. Hasta en el tenis se sirve más duro, las pelotas de golf se golpean más duro, se corren los 100 metros más rápido”.

Dice Aaron: “Creo que en algunos casos se ha perdido brillo, pero pegar 500 jonrones debe seguir siendo reconocido como algo de lo que se enorgullezca. En cuanto a llegar al Salón de la Fama, siempre he dicho que se necesita algo más aparte de los 500 vuelacercas, ya sea un promedio de bateo alto, el slugging, o las empujadas”.

Robinson está de acuerdo, diciendo que no cree que un pelotero con 500 cuadrangulares debe tener un boleto automático para el Salón de la Fama.

Griffey dice “500 son 500” y que el béisbol está demasiado preocupado por los números. A él le habría gustado más jugar en los 70, cuando el foco estaba, dice, en ganar.

Todos los miembros del club 500 que son elegibles para el Salón de la Fama están allí. McGriff será el primero en enfrentar esa prueba con más de 500 miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol que hacen las votaciones. McGriff tiene 2,490 hits, 1,550 empujadas y dos títulos de jonrones y Rick Hummel, redactor del St. Louis Post-Dispatch, dice que McGriff tiene su voto para el Salón de la Fama, con o sin 500 jonrones.

“El ha hecho más que solo pegar jonrones. Vean sus empujadas, y tiene casi 2,500 hits. No veo nada malo con eso”.

Pero Bill Madden, del Daily News de Nueva York, no está seguro del lugar de McGriff en Cooperstown. “En 10 años, el club 600 va a ser el de la elite”.

Las conversaciones de un club 500 “diluido” no convence a David Vincent, un experto en jonrones para la Sociedad Americana de Investigación del Béisbol”.

“Hay 20 jugadores entre 16,000 (de por vida). No veo ningún problema de que se haya diluido. Ahora, si Ichiro llega a 500 jonrones, tendría un problema”.

¿Esteroides han manchado los récords?

Aaron, un ejecutivo de los Bravos de Atlanta y el rey jonronero con 755, piensa que los cuadrangulares “están un poco manchados, pero no debería ser. Uno ve jugadores más grandes que hace tres o cuatro años, pero todavía tienen que hacer swing y hacer contacto. Y no hay forma de que las drogas ayuden a eso”.

Sosa, quien tiene temporadas de 66, 64 y 63 jonrones, dice que no quiere meterse en el tema de los esteroides. “No sé de eso. Pero si se tiene talento y se trabaja duro y se hace lo que se tiene que hacer, no importa. Es todo lo que lo que les puedo decir”.

Palmeiro dice que el problema de los esteroides en el béisbol está “exagerado”. Pero las pruebas por esteroides el año pasado mostraron que entre un cinco y siete por siento dieron positivos. Bonds, Sheffield y Jason Giambi testificaron el pasado otoño ante un gran jurado que investiga el caso de BALCO.

Aaron dice que Bonds es mejor bateador que Babe Ruth, y “es malo que la gente trate de ponerle una etiqueta de drogas a este asunto. No sé si es verdad, pero no me importa. Sigue siendo un gran bateador”.

¿Salvó el duelo H4 las GL?

La lucha de jonrones de 1998 es recordada por McGwire y Sosa, pero Griffey, entonces con Seattle, estuvo envuelto hasta el último mes. Griffey tenía 33 el 1 de julio y 47 para el 1 de septiembre. Terminó con 56 para encabezar la Liga Americana.

Sosa piensa que el verano de 1998 tuvo mucho que ver con ayudar a que los fanáticos olvidaran la huelga que le puso fin a la temporada de 1994 sin una Serie Mundial. “Sin duda alguna, definitivamente”, dice Sosa.

“Hemos puesto buenos números de jonrones, y pienso que por eso el béisbol va tan bien cada año. Bonds, Mark y yo – es bello. Es algo que nadie quiere olvidar”.

Pero Aaron no piensa que McGwire y Sosa salvaron al béisbol. “La gente dice eso, pero creo que Jackie Robinson salvó el béisbol”, dice. “El béisbol era muy aburrido antes de Jackie Robinson, quien trajo el corrido y los robos al juego. Le puso emoción”.

Harmon Killebrew (573 jonrones) dice que el verano de 1998 fue bueno para el béisbol y sabe el impacto que esos juegos tuvieron en los fanáticos. Hablaba regularmente por teléfono con su viejo amigo, el fallecido Ted Williams, pero solo cuando los Cachorros o los Cardenales no estaban en televisión.

“Cuando esos juegos comenzaban, Ted terminaba la conversación”, dice Killebrew. “Me decía, ‘Tengo que irme a ver el juego’”.

¿El jonrón es la jugada más excitante?

McGwire dice sin duda alguna que el jonrón es la jugada más excitante del juego. Aaron dice que es el triple porque no sucede tan frecuentemente.

Robinson dice que los jonrones son el “instante” más excitante, pero que los no-hitters y los juegos perfectos tienen que ser los logros más excitantes del juego.

A Jackson le gusta ver a Bonds subir en la lista de jonrones de todos los tiempos, pero dice que hay otras jugadas más excitantes.

“¿Qué podría ser más emocionante que ver a Roger Clemens ponchando a cinco de seis jugadores? Eso da piel de gallina”.

Aaron vs. Babe vs. Bonds

Si él jugara en estos tiempos, Jackson y Schmidt dice que Ruth no recibiera tantas transferencias como Bonds.

“A él no lo transferían mucho porque bateaba delante de Lou Gehrig”, dice Jackson. “Si Bonds bateara delante de un tipo como yo, o A-Rod, McCovey, Mays o Mell Ott, a él no le darían tantas transferencias”.

Aaron dice que él es el mejor jonronero de todos los tiempos.

“No pensaste que iba a decir Babe Ruth, ¿verdad?. Yo tengo 755 cuadrangulares y eso significa que soy el mejor jonronero que ha vivido”.

“Pero nunca me consideré eso. Me admiraban por pegar 40 ó 45 jonrones por año, pero lo que más me enorgullece es nunca haberme ponchado 100 veces (en un año). Eso es algo de lo que ningún toletero puede jactarse”.

Versión (Dionisio Soldevila Brea). –

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