POR FRANKLIN MIRABAL
Llegar a los 600 jonrones tiene mucho significado para el jugador dominicano Sammy Sosa. En lo personal ha constituido un reto personal demostrar que todavía no estaba acabado.
En los primeros partidos los lanzadores me estaban retando y me querían ridiculizar, reveló Sosa al diario HOY y al programa Impacto Deportivo en radio en entrevista en vivo desde Texas.
Y agregó cuando se dieron cuenta que estaba en buena forma, entonces comenzaron a correrme la bola. Creo que se llevaron tremenda sorpresa.
Claves el éxito
Sosa confiesa que ha demostrado que la disciplina y la dedidación dan sus frutos.
Algunas personas que dudaban de mí creyeron que llegaría gordo y fuera de forma, pero se llevaron una gran sorpresa al verme en excelentes condiciones, ya que me preparé bien para tener un buen regreso, expuso.
A su juicio, esas virtudes deben ser acompañadas por el apoyo de gente muy importante.
El dueño de Texas, Tom Hicks, el gerente general Jim Daniels, el manager Ron Washington y el coach de bateo Ruddy Jaramillo.
También pone énfasis en el apoyo emocional de su madre, esposa, sus hijos y amigos cercanos como el caso de Domingo Dauhajre, quien siempre le motivó a seguir.
Casi llora de emoción
Sosa contó que cuando recorría las bases se percató que su familia (esposa e hijos) estaban brincando de alegría y eso lo emocionó.
Mis hijos y mi esposa están muy felices y eso también hace que la ocasión sea más especial.
Nadie quería ser victima
Comentó que contrario a lo que se piensa de que un pitcher se hace popular al permitir un jonrón como el 600, Sosa dice que los lanzadores se la estaban poniendo difícil y que realmente no querían permitir ese famoso estacazo.
Al margen de los pitcheos malos que le tiré, me comenzaron a lanzar fuera de la zona de strikes, aseguró el estelar jugador.
Ignora a Gary Sheffield
Al tratar el tema de las declaraciones de Gary Sheffield, expresó: Hay cosas que es mejor ni comentarlas. Así es la gente, y por ello debemos seguir trabajando duro sin mirar atrás.
Sosa seguirá jugando fuerte con el fin de terminar una campaña al nivel de lo esperado en Texas.
Y descarta que llegar a los 600 jonrones sea lo último que hará.