Media naranja
En campaña digital

<STRONG>Media naranja</STRONG> <BR>En campaña digital

ÁNGELA PEÑA
Si la campaña electoral se desarrollara online, el PLD fuera en coche.
Los remitentes de mensajes digitales de esa facción no dan tregua.

Cada minuto llega un e-mail de los ingenieros de imagen de funcionarios diferentes anunciando sus actividades, promoviendo capacidades y virtudes, respondiendo acusaciones, aclarando imputaciones y, en el caso específico de la tormenta que afectó a un considerable número de dominicanos, dando cuenta de los pasos que dan en aras de lograr la normalidad.

 Nadie puede negarles a los relacionistas de diputados, senadores, secretarios de Estado, que son monstruos de la Era digital y que, además, escriben bien y son breves, al margen de lo mucho que trabajan.

 ¡Pero Dios mío, qué avalancha!

 Ya sus nombres son familiares en la pantalla del ordenador, aunque muchos no los conozcan físicamente. Ahora agregan a su identificación las siglas del Partido.

 Hasta hace poco apenas se recibían algunas informaciones del “Despacho de la Primera Dama” y las síntesis noticiosas y análisis económicos y políticos de la “Diape”. 

Pero lo que llega ahora es un festival de asuntos que incluyen hasta los recorridos y agendas de viceministros y subsecretarios.

 Esta es otra modalidad de relaciones públicas que, en época preelectoral, arrancó como campaña.

Al menos encontrarán lectores en un público adicto a la computadora porque la mayoría de los criollos todavía no se ha incorporado a esa tecnología y se mantiene atado a los medios tradicionales como el periódico, la televisión y la radio, en los que tampoco se ha quedado atrás el PLD, pero más a nivel del Presidente que carga niños, prodiga abrazos, conversa, lanza besos, estrecha manos en inauguraciones y en las visitas que ahora hace a las zonas azotadas por la tragedia.

 Falta saber si los destinatarios de este aluvión cibernético lo reciben gustosos, abren y leen los mensajes, dan crédito a las ponderaciones, acuden a las convocatorias y visitan los “blogs” que de paso, anuncian.

 Los contrarios aún no están de lleno en Internet. Deben estar afilando cañones para, como hace cuatro años, comenzar a enviar propaganda virtual.

 Gracias a Dios que estos cibernéticos comunicadores peledeístas son aún estrictamente informativos y los publicitarios no han caído en la bajeza del ataque personal.

 Lo más curioso es que en esta hemorragia digital, el menos promovido es el candidato a la presidencia, cuando todos lo consideran el más decidido impulsor de la informática, un cerebro electrónico, un icono del ciberespacio. Estrategas y mercadólogos sabrán por qué prefiere comparecencias televisadas en cadena, y que sus almuerzos, caminatas y cariños se promuevan por otros medios.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas