Media Naranja
Veneno para la suegra

Media Naranja <BR><STRONG>Veneno para la suegra</STRONG><BR>

ÁNGELA PEÑA
Hace mucho tiempo, una joven china llamada Li se casó y fue a vivir con el marido y la suegra. Después de algunos días, Li no se entendía con la madre de su esposo. Sus personalidades eran muy diferentes y Li fue irritándose con los hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba. Los meses pasaban y las dos mujeres cada vez discutían y peleaban más. De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo.

Li, no soportando más vivir con la señora, tomó una decisión y visitó a un amigo de su padre. Después de oírla, él tomó un paquete de hierbas y le dijo: “No deberás usarlas de una sola vez para liberarte de tu suegra, porque  causaría sospechas. Deberás darle varias hierbas que irán lentamente envenenando a tu suegra. Cada dos días pondrás un poco de estas hierbas en su comida. Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda, tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones”. Li respondió: “Sí, señor Huang, haré todo lo que  me pida”.

Li quedo muy contenta, agradeció al Sr. Huang, y volvió muy apurada para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra. Pasaron las semanas y cada dos días, Li servía  una comida especialmente tratada a su suegra. Siempre recordaba lo que Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre. Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada. Li había controlado su temperamento y casi nunca la aborrecía. En ese tiempo no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable y más fácil de lidiar. Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.

Un día Li fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo: “Querido Señor Huang, por favor, ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. No quiero que muera por causa del veneno que le di”.

El Sr. Huang sonrió y señaló con la cabeza: “Señora Li, no tiene por qué preocuparse. Su suegra no ha cambiado, la que cambió fue usted. Las hierbas que le di eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasó a darle a ella. En la China existe un adagio que dice: “La persona que ama a los otros, también será amada”.

La mayor parte de las veces recibiremos de las otras personas lo que les damos y por eso ten cuidado. Acuérdate siempre: “El plantar es opcional, pero la cosecha es obligatoria, por eso ten cuidado con lo que plantas”.

(Reenviado por Grimilda Díaz de Portes)

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