Media naranja  
Desaliento por el daño a la cultura

Media naranja  <BR><STRONG>Desaliento por el daño a la cultura</STRONG>

ÁNGELA PEÑA
Don Mario González es un reconocido intelectual, escritor, devorador de libros, fundador y director de bibliotecas universitarias que residió en la República Dominicana largos años. Ahora reside en Almería, España, y no se pierde la lectura, en Internet, de todo cuanto acontece en esta tierra que tanto ama y de la que conserva gratos recuerdos y buenas amistades. Los libros y documentos históricos han sido su vida. Por eso se ha sentido sumamente entristecido al enterarse del lamentable destino de los archivos nacionales de música. Desde allá escribe:

“Sabe que a la distancia, soy su lector fiel. Su artículo sobre la destrucción de la música dominicana, me dejó un gran desaliento y un desencanto por el daño irreparable a la cultura dominicana. Se trata de documentos únicos que si no se entienden o no se saben valorar, lo prudente es dejarlos para que otros sí lo hagan.

Para quienes vivimos el mundo cultural y disfrutamos incursionar entre anaqueles de bibliotecas, hemerotecas y archivos, lo hecho en el archivo de música, tiene que dejarnos un mal sabor de boca, porque estamos de nuevo en la noche oscura de la incultura. 

Por recomendación expresa de quien fue mi profesor de Idioma español al inicio de mis estudios secundarios y que aún vive, este tramo de mi vida lo dedico a releer los libros que más me han gustado en mis lecturas juveniles. Varios de esos libros que sé en dónde los leí ya no los encuentro. La respuesta es sorprendente. Se me dice que eso perteneció a la otra administración. La alternabilidad en los cargos –públicos o privados– es necesaria y la administración es continua. La otra justificación es que se trata de libros viejos. En una biblioteca, hemeroteca o archivo lo que hay son libros, periódicos y documentos antiguos, que es cosa diferente. Con ese criterio, mi querida Angelita, se han perdido bibliotecas valiosas y documentos irrecuperables. Y lo más grave es que ese daño lo ocasionan quienes no leen, no estudian ni investigan.

  Yo que he manejado muchos documentos antiguos y he vuelto a leer a Cervantes en sus obras completas de finales de 1800, con sus arcaismos, el Kempis de 1905, con ese saborcito propio de su tiempo, le he dado vida a un documento escrito de 1804, no puedo menos que compartir con usted el sentimiento de destrucción irreparable. La modernidad –para resaltar nuestro atraso– nos señala que eso perteneció a otra administración y se trata de libros y documentos viejos.

  Mi pasión –sin embargo- sigue siendo emotiva, cuando me encuentro en el Cementerio de los libros, periódicos y manuscritos olvidados.

  La felicito por el artículo “El Valor de Angela Peña es inmenso” que le dedica Miguel D. Mena en HOY del domingo 29 de mayo, día especial dedicado a las Madres y que usted merece eso y mucho más.

  Quien le quiere y admira tanto. 
   Mario”

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