Representantes de casi todas las iglesias se están pronunciando en contra de la legalización del aborto. Hay una campaña constante en los púlpitos, la prensa, en congresos médicos y políticos. Unos pocos a favor, muchos en contra.

Las asociaciones “por la vida” crecen y las razones para impedir que la interrupción de un embarazo se convierta en ley ya no son sólo que el aborto es un crimen, que la vida debe respetarse desde el momento de la concepción o que Dios crea a cada ser humano con un propósito y no hay derecho a contradecir su voluntad.

Circulan imágenes de niños descuartizados en el vientre, que son espeluznantes. Llegan por Internet trozos ensangrentados de esos pequeños cuerpos. Un vídeo llamado “El grito silencioso” estremece al comprobar la forma en que se elimina una criatura. En República Dominicana no sólo hay un discurso permanente en contra “de la muerte violenta de seres inocentes e indefensos” sino también cadenas de oración para que el proyecto no se convierta en ley.

Hay un elemento nuevo relacionado con esta preocupación. Grandes maestros de la espiritualidad afirman que “el aborto es un rito satánico”. Explican que “los demonios, entidades, espíritus malévolos, etc. no tienen luz, sin embargo, para vivir la necesitan, pues la luz es la vida. Por tanto,  lo que hacen es robarla de quienes la poseen, los portadores de la luz”, dicen.

Agregan que “en la sangre fluye la luz y que hacer que un portador de luz derrame su sangre es algo “delicioso” para quienes la roban. Los magos negros, por ejemplo, derraman la sangre de animales pues ellos también tienen luz en la sangre, aunque menos que los humanos”, aducen.

“La mejor sangre, la más pura, es la del niño inocente que todavía está en el vientre, expresan. Así que derramar esa sangre es un “banquete” para la fuerza siniestra. Cuando los siniestros obtienen nuestra luz, añaden, su maldad se perpetúa en la tierra”, significan.

Afirman que la música, especialmente el rock, “incrementa la libido y estimula el uso de drogas y de las relaciones sexuales en las adolescentes que quedan embarazadas. Entonces, la misma fuerza siniestra promueve el aborto para, supuestamente, solucionarles el problema”. Concluyen en que “muchas de las personas involucradas en el negocio de la música discordante y del aborto son instrumentos ingenuos de las fuerzas de la oscuridad, sin embargo, otros no lo son, ellos saben muy bien lo que hacen”.