ÁNGELA PEÑA
Independientemente de la penosa imagen que se proyecta de los dominicanos y del país, este excelente reportaje que invade la Internet es una obra maestra de la comunicación de la que deberían nutrirse muchos de los llamados periodistas de investigación locales.
Al margen de la vergüenza que ocasiona escuchar tan bochornosa descripción de la República (la meca de contratistas y empresarios relacionados con el Caso Malaya, invierten en ese país huyendo de la presión judicial y aprovechando el escaso control policial…), el informe es modelo de profesionalidad.
Contiene riqueza de imágenes, pruebas documentales que avalan revelaciones impresionantes, testimonios de actores, testigos, protagonistas, corresponsales foráneos, expertos; fotos muy bien encubiertas de confidentes y otras bastante nítidas de testaferros y magnates, tan elocuentes como las afirmaciones de personalidades extranjeras y del patio que opinaron con propiedad del caso porque tuvieron acceso o vinculación indiscutible con ese escandaloso expediente. Los reporteros de 7 Días 7 Noches son sabuesos bien entrenados que tuvieron la habilidad de lograr que sus entrevistados hablaran con desenfado.
La música mantiene al espectador en suspenso, como si fuera película de misterio. El narrador es brillante. Da pena que tan bellas imágenes de esta tierra: paisajes de Bávaro, Samaná, Punta Perla, estén matizadas con vocablos tan deplorables como lavado de dinero, tráfico de influencia y sean respuestas al cuestionamiento de ¿Dónde se esconde parte del dinero negro de la corrupción marbellina?.