Media naranja
El hombre que escapó

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ÁNGELA PEÑA
Vivía pacífico en un apartado campo del nordeste, fértil, aunque nadie había sembrado en esas tierras vírgenes. Conocía perfectamente el lugar porque estuvo oculto allí cuando la guardia balaguerista lo  perseguía por sus ideas políticas.

En un viaje a la Capital lo atraparon y luego de tres años de prisión se fue a Cuba, donde hizo pareja con una habanera que le dio un hijo. Allá era feliz, decía, porque pocos extranjeros tratan a los dominicanos con tanto cariño, sobre todo si son luchadores revolucionarios.

Pero su ilusión era regresar a la República y educar al muchachito en la cultura dominicana. Vino en un gobierno del PRD, clandestino, no por su filiación sino porque había secuestrado al niño.

 Cuba, sin embargo, quedó grabada en su corazón al igual que el esplendoroso refugio en el que se había escondido en los doce años. En eso se parecía a Balaguer, que cuando pasaba por un lugar grato no lo olvidaba. Cuentan que estando pequeño, su padre lo trajo al Distrito desde Navarrete y lo llevó a recorrer los terrenos donde años después mandó a construir el parque Mirador. Refieren los arquitectos que se sorprendían cuando el mandatario, ya ciego, les describía arroyos, colinas, arbustos, espesuras, enredaderas, elevaciones y llanos. Igual le pasaba al viejo militante. Por eso se apuñaleaba miles de pesos en cada atraco para la causa para retirarse a cosechar frutos y víveres en ese sitio que le impresionó. Construyó una casita, compró una camioneta, levantó una verja alta y allí vivía radiante, respetado.

Pronto el entorno fue perdiendo privacidad por la visita de sus compradores y sus viajes a entregar cosechas. Un antiguo camarada lo reconoció, pero disimuló.

 Un día, un extraño pasajero entró con él en la vivienda y a la semana ya nadie supo más del misterioso propietario de aquellos bienes hasta que vieron su foto en las noticias. El acompañante era un millonario al que había secuestrado con la maestría de sus años en la izquierda, la misma que puso en práctica para escapar del país junto a su criatura y al rescate. Jamás se ha sabido su destino.

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