Media naranja
Felices de ser ignorantes

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ÁNGELA PEÑA
El laureado escritor Manuel Mora Serrano se refiere con esos términos a intelectuales del patio, en una carta  a propósito de la novela histórica.  También Antinoe Fiallo remitió el valioso trabajo: “Análisis reflexivo de la intención de una novela histórica” . Las notas de Mora:

“He leído  tu artículo sobre la novela histórica. Me parece oportuno desenterrar a Pedrito Contín Aybar y exponerlo a las nuevas generaciones. Yo era muy muchacho en el 44, pero traté luego a la “Garza herida”, y conservo muchos de sus trabajos de juventud, bastante confusos, por cierto. Sin duda alguna, hay aportes interesantes de Pedrito, sobre todo si en esos momentos había algunos comentaristas interesantes. Hay que leerlo, claro está, dentro del contexto de la Era, sobre todo por lo referente a “Over”. En cuanto a “Madre culpable”, que es una novela desconocida para las nuevas generaciones, como todas las de la Francasci, no es propiamente histórica, sino una forma de ella exponer su reacción contra su madre por no prevenirla de que se iba a casar con un hermano suyo, para no delatar que su esposo había tenido otra mujer y otro hijo en Curazao. No creo que la Francasci pueda ser considerada realmente “una novelista importante”, pero bueno, allá Pedrito.  El tema de la novela histórica es muy complejo y hay que tomar partido necesaria y obligatoriamente, porque desde Herodoto, con sus anécdotas y diálogos inventados, hasta los historiadores más confiables, han cometido el “pecadillo” de la invención novelesca para llenar espacios que no se conocen a fondo. Sin duda alguna hay que tomar partido. Por ejemplo Julia, con Minerva, se dedica a hacer la “novela” de Patria, la heroína sin biografía. Uno puede disentir de la forma en que trabaja sus materiales, pero la muchacha sabe su oficio y lo ejerce a su manera. Yo, por ejemplo, nunca he podido escribir novela histórica porque mi imaginación se va por encima de la realidad, que encuentro muy estrecha y antipoética a veces. Ahora bien, no quiere decir que no utilice elementos reales. La realidad no es la historia en sí, es la vida, y por otro lado hay que recordar que mientras la “historia es la novela de las personas célebres, la novela es la historia de las gentes comunes” en su sentido más llano.  Es muy importante esa labor que estás realizando, esos rescates son oportunos en este momento en que parece existir una parálisis de investigación y una aceptación a comentar únicamente lo que ya comentaron otros.

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