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La Base no era un secreto

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ÁNGELA PEÑA
Emilio Cordero Michel, Euclides Gutiérrez Félix y otros historiadores, más otro lector que pidió omitir su nombre, confirmaron que la Base de Proyectiles de Sabana de la Mar era de conocimiento público. El artículo refrescó sus recuerdos. Gutiérrez afirmó que la misma se creó para dar seguimiento a los cohetes intercontinentales de los Estados Unidos, en el cenit de la Guerra Fría.

 “Se veían los cohetes que pasaban por el firmamento, pero después Trujillo denunció ese “Tratado de Asistencia Militar de los Estados Unidos” siendo Rafael Augusto Sánchez Ravelo vicepresidente del Senado, y lo rescindió, es muy probable que esos problemas vinieran por el rechazo a Ramfis cuando lo mandaron a Estados Unidos a hacer el curso de Estado Mayor. En esa Base vivían militares estadounidenses. Nunca  me olvido que Rafael Augusto llegó del Senado, llamó a Luisito del Castillo y le dijo: ‘Trujillo es un hombre muy temerario, acabamos de conocer la rescisión del contrato de la Base de Sabana de la Mar’. Búscalo, eso también salió en los periódicos”, recomendó Gutiérrez Félix.

 Cordero relató que al terminar la Guerra, los yanquis se llevaron para Estados Unidos a Von Braun, constructor de las famosas bombas voladoras y del primer avión a chorro, y comenzaron a fabricar cohetes que se instalaron en Cabo Cañaveral, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana. A fin de dar seguimiento a los proyectiles de Sabana de la Mar, agregó, se iba a construir la carretera desde Montecristi hasta La Galera, en la punta más extrema de la bahía de Samaná. “Se comenzó desde Puerto Plata hasta Río San Juan. La ruta era Puerto Plata-Gaspar Hernández- Joba- Río San Juan- Cabrera- Nagua, y para hacerla vino la compañía Del Comte y Allasia”. Narró Cordero que muchas dominicanas casaron con italianos y norteamericanos.

 Sin embargo, añadió, “la tecnología se modernizó tanto que los puntos de observación resultaron innecesarios, porque vinieron los satélites, la Base fue desmantelada, pero no fue nada oculto”.

 Otro lector dijo haber conocido a uno de los estadounidenses que vinieron a la Misión, Terry Lane, que casó con una criolla y permaneció residiendo en el país. Y reveló detalles de la Base, pero pidió no publicarlos por considerarlos “muy sensibles”.

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